Nuestro café de hoy ha sido el resplandor de un punto de inflexión. El tren de los días es evolutivo y yo consciente. Hay personas que se integran en la corriente de la vida y no se dan cuenta ni de los cambios ni de lo que estos suponen, se aferran a frases de canciones como “viviendo rápido para no pensar” y sucedáneos. A mi esto no me va. Básicamente porque soy una exprimidora de etapas de la vida a la que le gusta comparar el antes y el después.
Nos hemos perdido por una callejuela exterior a nuestro radar habitual y hemos encontrado un bar descaradamente especial que hemos bautizado como nuestro nuevo segundo hogar. Los dos somos de buscar tesoros urbanos y llenarlos de historias con un café entre manos y mucha reflexión que canalizar. Nos hemos dado cuenta, sin embargo, que hemos cambiado. Hace tres meses hubiésemos esbozado inútiles mapas para llegar al amor cuando este no era el mejor destino. Jugaba a ser la Cristina de Woody Allen y ahora ya es solo un retrato que empaquetar. Ahora hemos hecho rutas para llegar a lo mejor de nosotros mismos y sentir que somos tal y cómo queremos ser. Hemos hablado de esto también, de la sincronización entre cómo nos ven los demás y cómo nos vemos a nosotros mismos y hemos visto que hay abismos indeseados que poco a poco se van borrando. Con esto hemos llegado al tema de las personas regalo. Las personas regalo son aquellas que acabas de conocer y hablas con ellas por primera vez. Son una caja que, una vez le quitas el lazo, tiene sorpresas a pares, novedades impolutas y curiosidades que descifrar. También nos hemos descifrado a nosotros mismos que es una tarea ardua que requiere esfuerzo y ganas de pensar. Ambos somos de pensamiento en constante funcionamiento que circunvala cualquier detalle que pueda aparecer. Y esto a mi me encanta y tu lo sabes bien. Sin las volteretas que nos hace la cabeza notaria que me falta media vida y todo perdería parte de su interés.
Este es un año con mirada optimista en el que los enigmas y nuestra propia controversia tendrán un resultado positivo. El punto de inflexión ha surgido, dejemos que trabaje en nuestra piel.
3 comentarios:
Com ja et vaig dir, els canvis, siguin a be o a malament, són necessàris. Perquè la vida és canvi.
I ara a obrir regals i treure capes de paper i llàços de colors, perquè ens ho mereixem, no solament les persones, sinó també tot el que tercer ens depara.
Ja ho saps, però et necessito i t'estimo!
muac!
scarlett solo hay una
ai se m'oblidava firmar...
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