Despliego mi cuerpo debajo del agua y me miras suave con tu guitarra en las manos. Es tarde pero más temprano que en casa, en esta ciudad en la que vivimos estamos empezando a ser. Las casas de otros son tan nuestras como este momento de soledad compartida. Te imagino cuando ya hayamos decidido qué queremos y se te caen las notas en el agua y yo me invado contigo. Me desapego constante, lo dejé todo en propiedad de otros y ahora te miro a través de este cristal en el que, a veces, me reflejo sola. Me invado y me lavo las manos cerca de tu música.
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