lunes, 18 de junio de 2007

MERyMARTAS

El viernes hubo cena de chicas en un piso que abre sus puertas a almas grandes. A pesar de diferencias varias entre nosotras todas tenemos algo en común: somos amigas. Puede parecer tonto pero he dicho amigas (y todo lo que realmente supone esta palabra). Estas niñas (o mujeres) se han afincado en mi confianza y lo noto. Una de ellas es como Charlotte de Sex&the city, no solo por su parecido físico sino porque roza la perfección. Es astuta, auténtica, responsable, conservadora, perfeccionista, risueña y vive enamorada de su eterno amor. Otra es como el sol, a veces se esconde pero siempre sigue estando allí. Es fácil, es fiel confianza, es muy agradable, supo rectificar su camino, habla sin tabúes y todas la queremos un poco en secreto. La otra es energía y punto. Es segura, confiada, valiente, descaradamente divertida y defensora de lo suyo (y olé). Todas comparten cafés juntas pero también de dos en dos. Cuando esto sucede ya sabemos cómo amoldarnos a la vida de la otra e ir al grano. Este año ha sido nuestro huracán del amor, menos Charlotte (ya he puesto su descripción antes) hemos vivido llenas de interrogantes gigantes que mira tú por donde se han resuelto. Una besó a un príncipe entre música, alcohol y luces de discoteca, otra ha descubierto el secreto de un desamor y me temo revival y la que queda vive en una nube repleta de amor entre dos países. Entre nosotras decidimos que íbamos a quedar al descubierto, nos hemos encontrado entre lloriqueos, en pelotas, estudiando, comprando, copiando, criticando, queriendo, pensando, fumando, intentando, perdiendo el tiempo, chuleando, bebiendo, con esperanza, sin esperanza, bailando, durmiendo y aquí me quedó que esto es una página pública. Hemos movido hilos para que Energía tirase adelante echen lo que le echen. Hemos aplaudido el romance emergente de Sol. Hemos vacilado a Charlotte con su meticulosidad y nos hemos reído non-stop unas de las otras. Hay quien nos tiraría a los tigres y hay quien ama compartir palabras con nosotras. Hemos pasado un año yo diría que muy bueno y casi inmejorable. Haciendo el viernes balance de lo bueno y lo malo nos quedamos con un brindis por nuestro encuentro. El año que viene empezaremos con más fuerza para no estudiar hasta julio, para no llorar por la especie masculina, para excusarnos con otro viaje y para seguir metiendo en un saco trocitos de nosotras y de nosotras juntas. Yo por mi parte, brindo por las mujeres que derrochan simpatía y todo lo que chapurrea esta canción. Os hago una reverencia por vuestro saber estar, vuestra compañía, vuestra atención y mil gracias por vuestra paciencia y se que me entendéis. Cierro el curso con este escrito aunque no cierro el chiringuito para que sigáis viniéndome a ver e incluso tomaros alguna caña conmigo. El numerito de que os echaré de menos os lo meto en breves cara a cara así que yo de vosotras iría comprando paquetes de kleenex.

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