martes, 17 de julio de 2007

Despedida

Hoy huele a despedida, a dos corazones que se besan para reencontrarse después, a tres amistades que se abrazan para reemprender su camino después y a un piso que ha visto mucho de mi y ahora se prepara para acogerme de nuevo después. Y digo después porque no hablo de finales sino de hastaluegos esperanzadores que deseo activar pronto. Ahora ya quiero irme para airear los aires y porque estoy acostumbrada a volar lejos y notar que estoy haciendo un paso más. Me gusta que mi verano sea frenéticamente alucinante porque así cojo fuerzas para cada curso y descubro y me enamoro de nuevos sitios donde también palpita la tierra.
Esta tarde he hecho las maletas y este año, a diferencia de otros, me llevo más sentimientos que ropa. Me cansé el año pasado de ir vestida y pasar frío porque me faltaban emociones bonitas así que esta vez me guardo tu recuerdo como ninguno.
Digo adiós a la rutina invernal, deseo un gran verano a mis amigos y amigas de siempre y a los (casi)recién llegados, agradezco las visitas en este blog a todos los lectores, deseo que las playas del Algarbe te regalen un maravilloso verano, mando un beso enorme a Washington y un par más que se quedan de momento en casa y proclamo un hasta pronto general.
Saludo con emoción a Taiwán

lunes, 9 de julio de 2007

Blanca Vives

Blanca es mi persona favorita de todos los tiempos, es mi hermana desde siempre y para siempre y un saco de todo lo bueno que existe en este mundo.
Ahora está en tierras lejanísimas y una la hecha de menos con mayúsculas y le envía besos vía aire cada día. Tiene catorce y está hecha una mujercita de grandes ojos marrones que eclipsan mirada que se le cruce. Es una pieza de infinito valor que camina de mi mano y yo de la suya ya sea aquí, allí, hoy, mañana o en lo imposible.
Es un duende lleno de valentía y espontaneidad, es simpatía al pormayor y es guapura a más no poder. Es más conservadora, más clásica, más delodesiempre que yo. Aún así encajamos cual ying yang perfecto y estupendo. Su carácter es herencia de mamá aunque ahora sea un poco indescifrable ya que la edad del pavo nunca perdona. Ahora pide zapatos de tacón, eyeliner para discotecas de tarde y roba trapichuelos de mi armario. Yo la perdono porque me gusta que sea princesa absoluta todo el tiempo y porque me acuerdo de mis catorce y más vale saber llevarlos y no molestarla demasiado. Es una niña de notas diez y de sabiduría mucha para su edad. Insinúa, a veces, que a lo mejor apuesta por lo de la medicina. Así que de momento, la oveja negra de la familia sigo siendo yo.
Mi padre la llama “peti” porque es la petitona de la familia y porque ella nos pone motes a todos en un momento. Se ríe de la vida cuando hay quien no se atreve a hacerlo, tiene respuestas a preguntas insospechadas y dice “cómprate un pez” si la rallas mucho. Tiene un elenco de pretendientes aunque a ella le de pereza esto del noviazgo, va siempre con un grupillo de amigas que todas juntas parecen sacadas de un anuncio de belleza y me adora a mi aunque no tanto como la adoro yo a ella.
Me gusta cuando los sábados por la mañana se me cuela en la cama y me despierta para contarme cotilleos tontería, decisiones ultra importantes para ella o solo para decirme “buenos días y espavila niña que no hay quien te saque de la cama”. Me mola cuando dormimos juntas en la playa y canta canciones enteras absolutamente sobada, cuando le enseña a mis padres a bailar sexy y cuando me la encuentro haciendo conciertos en directo en su habitación.
Para mi ella es un mundo que quiero sin palabras y que necesito conmigo, porque nos unen los mismos hilos y porque es un ser admirable. Es parte de mi familia, mi más fiel amistad y mi compinche para toda la vida