lunes, 16 de febrero de 2015

Escapar

Le había dicho adiós a las horas y para despedirlas se puso la música tan fuerte y tan cerca que el alrededor quedó anestesiado. Cogió el coche y viajó por la carretera tan árida como la bandera que dejaba atrás. Los días se sumaron de tal forma que ni parecían días hasta que habían pasado tantos que paró. Tomó agua en una fuente que se asemejaba a una meta y miró al cielo como quien lo hace en vez de suspirar. Se juró volver a escapar cada vez que le costara respirar.

jueves, 8 de enero de 2015

Because the night fucked them all she said

Because the night fucked them all she said y él se quedó roto en una silla de madera y piel que abotonaba una sala ruin llena de rincones empolvados y desgraciados. Su madre tenía sesenta años y a él le daba igual, total, no la conocía y la cerveza sí estaba presente. Se tumbó en el suelo frío de baldosas blancas aunque grises y vio la diana que colgaba de la pared que desde abajo no le parecía redonda sino que un jardín laberintico. Because the night fucked them all she said y ya no quedaba casi nadie en la fiesta del garaje de moda y en la calle todo el mundo llevaba wok take away. Todos los metros se solapaban por líneas a las que nunca había llegado al final, las últimas paradas donde luego ya nada es como en el epicentro donde las luces, todas, todas juntas, se apagan más tarde. Tumbó la cabeza a la izquierda y quiso que el suelo congelado le comiera el calor de la mejilla y al fondo, dos puertas de vaivén escondían parte de los baños y todas las escenas de western mediocre de sábado tarde que se la sudaban como recuerdo. Se pediría horchata pero because the night fucked them all she said y todo era oscuro y sólo le venían a la cabeza chupitos de licores duros si es que algún día había probado alguno que fuera blando. Tumbó su cabeza a la derecha y se imantó a la tierra otra vez, subió en un ascensor montacargas de paredes de hierro verde o algo así y había dos tías en mini faldas de piel negra que se reían mientras agarraban la cadena metálica de sus bolsos y le miraban de reojo. Rubias de Yorkshire como perros de razas catalogadas en ascensores caja que te llevan a garitos de moda en los que muero en sofás bajos de cojones. Tengo tres camisetas de algodón blancas que las tres están rotas, llevo siempre las mismas botas de piel marrón con los cordones de la guerra y no hay padre que me los haya enseñado a atar, grapas. Because the night fucked them all she said y todo el terciopelo enjuagándose en esa voz y en esa boca y sigo tumbado en el rey de los antros y sin reinas a las que descoser. Jo-der. Ya empieza la melodía de las palabras vacías y la música cautiva que me obliga a componer. Y me quiero ir de los versos y de toda su rima pero la corriente me guía y yo me dejo (recorrer) no voy a decir recorrer, basta, baldosas de dos en dos, cerrar la puerta tres veces, abrirla una vez, cerrarla una vez. Se levantó sin recordarlo luego y cerró un poco los ojos para ver con más nitidez la sala, sin la gente, sin la música, sin los micros, sin aplausos, sin los años dorados, sin los ligues, sin los colegas, sin los nervios. Sin los nervios. Nervios, necesito recuperar los nervios como quien descubre la clave del cambio y son los nervios. Because the night fucked them all she said y claro que sí a veces los ganas, luego los pierdes, luego te pierdes y luego los necesitas. De día, nervios de los que joden a plazos pero no te joden la vida, la chispa adecuada, lejos de los antros y de la bebida. Because the night fucked them all she said y a mi también y por eso me lo decía. 

lunes, 5 de enero de 2015

Partes de la población

Fragmento de reflexiones y deseos de año nuevo de un chico no cualquiera:


“A todas ellas que tanto afecto buscan en los espejos y lo único que obtienen son las caricias de sus propias retinas que a mentiras las sedan. A todas ellas que bailan a sabiendas de todas las miradas que de no estar aburridas mirarían a la que ni baila ni se mira. A todas ellas que en su cabeza ven sus melenas moviéndose a cámara lenta mientras cupidos baratos se desplazan desde sus puntas hasta los ojos hambrientos. A todas ellas que están en todas las miradas que se cruzan menos en la que tienen que estar. A todas ellas y sus nalgas compungidas bajo tiros altos y tangas de mierda. A todas ellas que tienen amigas como ellas y tiro de la cadena. A todas ellas que obligan a sus piernas a emular pasarelas, a todas ellas que viven en granjas y en el cine huelen a rosas. A todas ellas que no comen brownies, ni toman cerveza, ni en sus poros entra la contaminación de toda una ciudad, a todas ellas y a sus tés, mucha mierda. A todas ellas que hoy no les apetece, a todas ellas que están cansadas y a todas las casas a las que prenden fuego y luego se rajan. A todas ellas las enfundaría en gorros de piscina, las enjaularía en bolas de cristal y las sacudiría a nevadas, a todas ellas, por mí, las alejaría de todos mis colegas.”