jueves, 22 de noviembre de 2012

Mediocre

Tratar con lo invisible siempre es más fácil. Toda distancia es buena para que todo se convierta en eco. Pero sólo se recuerda como eco. Y los ecos se olvidan. Algo inolvidable nunca fue invisible. Todo lo que no contamos a alguien equivale a lo lejos que estamos de esa persona. ¿Quien aceptaría una relación sin muebles? Nadie, aunque sea por simple comodidad. El vacío es invisible como la idea de amor platónico, desde tu caverna sólo vives de luces y de sombras. Nada se podrá transformar si nunca abres tu puerta, nunca habría existido “La Metamorfosis” sino hubiera espacio para la comparación. La comparación, sin información, significa vacío. Pero tratar con la desinformación siempre es más fácil. Una piedra, que ni piensa, al menos llega al estadio de erosión, se destiñe su información. Tratar con lo invisible siempre es más fácil, nunca tendrás que afrontar que vives tu proceso de erosión. Pero ni a los ciegos ni a los sordos les podrás aportar suficiente información. Si eres un eco o un fantasma, créeme, no eres santo de mi devoción.