miércoles, 25 de noviembre de 2009

Piano

En ese preciso instante se cayó la última rosa roja que colgaste entre perlas en mi balcón.
Fue como el crepúsculo de la suma de tantas noches que podrían haber sido las diosas de mi devoción.
Sin embargo, me embriagaron las perlas que se fundían con las estrellas como las luciérnagas se tiñen de destellos de luz.
Y desde mi cama y con la respiración tenue como tu rostro en mi recuerdo desprendí pensamientos inconexos que desbordaban la razón.
Y así jugué con el placer de alborotar la tranquilidad de la oscuridad con la locura de los sueños.
Y me acordé en la inconsciencia del dormir de las promesas que una vez desorbitamos de la cercanía de nuestras manos.
Quizás nos acercamos porque fuimos empujados por el azar. Como rosas rojas lazadas entre perlas…unas son de la tierra, las otras son del mar.