martes, 30 de noviembre de 2010

Todas tus paredes

Nunca era ni pronto ni tarde, pero siempre daba igual. Era cuando yo caminaba por el pasillo donde nunca faltaba gente. Puertas a las que llamar, escondites a los que acechar, caras a descubrir, palabras para amontonar para la posteridad. Una posteridad que siempre me parece ahora, quizás porque hablo de un momento tan cercano, que cuando no lo tengo aquí, me parece siempre demasiado lejano. Quizás es la agonía de sentirse en casa cuando realmente estás fuera de lugar.