martes, 23 de diciembre de 2008

El año más triste de mi vida

Otro año cojo el billete de vuelta a casa por Navidad. Me acuerdo que el año pasado me pesó cerrar vistas a caras diarias y temía el hecho de no vaciar mi vida cada día contándosela a ellos. Este año es diferente, ya lo dije, aprendí a alejarme en general. No se trata de un alejarse peyorativo, sino que evolutivo sin más. Noto que en las últimas páginas de mi calendario he flotado más que pisado. Mis pensamientos y sentimientos han conocido la ley de la relativización de una forma acelerada aunque asentada. Relativizando los preludios he aprendido a ser más feliz.
Este año ha sido el más triste de mi vida. Lo digo sin ningún tipo de pudor ni duda porque al mismo tiempo el resultado de mi balance vital anual es el más gratificante de mi corta existencia. Mi corazón tiene agujetas y cicatrices y no está dispuesto a entregarse a historias caducas que no provengan del más valioso postor. Mi mente tiene cortinas y puertas que resguardan mi equilibrio y mi propia personalidad. He creado lágrimas desde el alma y las he rematado con las de mis ojos que hasta lloraban estando secos. He visto temblar mis manos cuando mis nervios ya se habían alejado del control y he visto mi cara y mi cuerpo desvalidos ante la impotencia externa que se adentraba en mis sentimientos. Mi personalidad se miraba al espejo y no se encontraba a ella misma hasta ni reinventándose. No compré flores durante meses, ni escuché mis canciones favoritas, mi escritura se estancó, mis conversaciones se redujeron y mi sonrisa más natural se quedó dormida en el olvido de la dispersión. El ritmo de mis días estaba totalmente influenciado por la vulnerabilidad de mi estado anímico y mi felicidad se disfrazaba cada día frente a mi amenazándome con quedar irreconocible. No me fijé en las caras de toda esa gente que paseó a mi lado y mucho menos le abrí la puerta a la sorpresa. Dormí sola cada noche en la cama más fría y desesperanzadora del mundo a la que le pedía que me dejara, al menos, soñar en positivo. Me levantaba cada mañana con unas ganas inmensas de que pasara tan rápido el día que no tuviese oportunidad de sentir mi propio dolor. Pero la soledad me persiguió hasta por esos atajos que cogí para perderla de vista y me di cuenta de que es la enemiga más dura que tiene cualquier humano. Colapsé mi consciencia y todas esas vías que auguraban seguir adelante. Contagié el pesar de mi corazón y de mis acciones a algunas personas que se atrevieron y las dejé llegar a lo mas hondo de mi. Y es por estas personas que conseguí retomar el corriente de la evolución natural de mi misma. Yo era consciente de que toda esa gente a la que acercase tanto a mi desorden vital y dolor emocional quedarían muy afectados. Por esto encerré este asunto en un círculo extremadamente cerrado de personas que sabía que darían lo mejor de sí mismas para que yo volviera a quedar reconocible para ellas. A estas cuatro personas, os debo un año de felicidad en mi vida que también me debo a mi misma. Y es que yo también fui capaz de darme fuerzas cuando ya habían desaparecido por completo. Encontré en algún resquicio de mi ambición las ganas de volver a estar bien y conseguí ponerlo en práctica. Luché contra mi mente y mi corazón para poner en primer lugar a lo que soy yo como persona completa. Querer estar bien es el paso clave para empezar a cambiar las más oscuras tristezas. Y cuando lo consigues, te das cuenta de que has sufrido de una forma que no entiendes cómo has podido soportar. Pero te das cuenta de que lo has soportado porque el dolor y las dificultades hacen madurar. Mientras la cuesta más arriba se te hace, más aprendes, más creces, más moldeado estás. Y yo después de ese bucle de desmesurada tristeza y pesar general me siento increíblemente mucho más capaz. Y ser capaz en un sentido tan amplio, se ha convertido en mi imán a la felicidad. A pesar de los pesares, me gusta saber que la gente que lo ha vivido desde tan cerca también ha aprendido y ha borrado incapacidades que quizás, sin este año, nunca habría logrado descifrar. El año más triste de mi vida, fíjate, lo he logrado superar. Capaz de superar.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Tu maleta gris

Cerraste tu maleta gris esa noche de octubre y desde entonces dejaste de escribirme cartas. Cada una de tus cartas tenía por título un número, pero yo nunca los he llegado a entender plenamente. No sólo a los números sino que tampoco a tus cartas y mucho menos a ti. Pero sí entendí que en esa maleta gris guardabas todas esas fotos mías que nunca quisiste colgar en la pared de tu habitación porque crees que las imágenes reales nunca son promesa de recuerdo. También encerraste en esa maleta todas las palabras que te entregué. Yo solo entrego a mano palabras personalizadas a esas personas que verdaderamente significan algo para mi. Y guardaste todos los significados que desprendí de mi, hasta rosas de color negro que compramos un viernes tarde en una estación de metro vieja que emparaba almas que habían perdido su tren. Y también guardaste el pase para nuestro tren, el que sólo cogimos juntos una vez. Y las veces las amontonaste como camisas almidonadas que nunca pierden su forma aunque si su naturalidad. La naturalidad de nuestras ocasiones perdió forma con el transcurso de los días. Y los días los escondiste también en tu maleta para que para siempre pareciesen lejanos. Tú maleta gris que nos vio dormir meses enteros ha guardado parte de mi en su interior y se ha ido contigo. Sin mi. No dejes que los pedazos que guardas de mi se tiñan de gris. Nunca fuimos mediocres.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Las palabras se las lleva el agua

Todas las hojas de esa libreta deshojada cayeron en el agua. La tinta desvaneció las palabras y todo lo que tenía sentido quedó incomprensible. El agua limpia a la par que borra, igual que el corazón siente a la par que esconde. Y escondieron en el recuerdo todo lo que perdieron cuando las gotas hicieron naufragar las palabras de ese papel. Es entonces cuando se dieron cuenta de que nada está escrito y que aunque aparentemente lo parezca, quizás tiene fecha de caducidad. Una caducidad reducida a la realidad. La caducidad de los indicios, de las pruebas, de la materialización de lo que llegaron a pensar. Pero el pensamiento es la extensión de la realidad, y es ahí donde guardamos todo lo que no está escrito para salvar, de algún modo, el sentido que le dimos y le damos a nuestra verdad.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Estar cerca

Quiero despertarme con mis manos entre las tuyas tal y como nos quedamos dormidos ayer. Que cuando abra los ojos tú ya me estés observando desde tan cerca que confundamos nuestra respiración. Y yo, por naturaleza, te voy a sonreír y a cerrar los ojos otra vez. Y entonces tú contornearás con tus dedos la vulgaridad de mis rizos y me dirás que adoras perderte en ellos. Y te volveré a sonreír con los ojos cerrados. Quiero que me beses en la mejilla derecha de un modo que me haga estremecer y abrir los ojos de una vez. Y entonces es cuando yo te miraré y te diré: “Buenos días, me gusta que estemos tan cerca, soy feliz a tu lado, yo te quiero, quiéreme”. Y tu sonreirás como de costumbre y me dirás que soy tonta por pedirme que te quiera pero lista porque así consigues que te lo repita por milésima vez. Y yo soltaré una carcajada y te besaré sin más; me gusta reír y luego besar. Luego, me preguntarás si he soñado y yo probablemente te mentiré y te diré que no me acuerdo. Casi siempre me acuerdo de lo que sueño pero no me gusta contarlo, el subconsciente es demasiado intenso, confía.
Quiero acostarme cuando tú ya estés en la cama y ver que me esperas una vez más. Pondré mi cara sobre tu pecho y mi mano izquierda cerca de tu corazón, me gusta este ritual. Lo hago con toda esa gente a la que adoro, me hace sentir protegida, te puede parecer banal, pero para mi tiene sentido. Entonces te preguntaré detalles de tu día, esos que te han hecho sonreír y que olvidas de contar. Yo posiblemente ya te habré contado antes todos mis pensamientos pues eres mi persona imán. Y cuando acabes de contarme todo esto aún querré saber un poco más y te haré divagar. Por esos rincones profundos de nuestra mente que si no se descubren se acaban por oxidar. Mientras hables cortaré tus frases con besos que no me aguanto y te quiero dar. Y luego me mirarás en silencio de ese modo que me hace amarte más. Y pasaras tu mano entera por mi mejilla descubierta y luego, tus dedos por mi frente y mis labios y mi pelo y mis ojos que poco a poco se van a cerrar. Y me besarás sinceramente antes de que vuelva a empezar a soñar. Y es que cuando cierro los ojos es porque confío en la persona que está ahí viéndomelos cerrar. Y me quedo tranquila y anestesiada porque esa compañía es mi felicidad.
Pero todo este relato es solo un deseo que, espero, acabe por volver a llegar. Es la estabilidad emocional que anhelo desde que un día la dejé escapar. Es una repetición de hechos que llenan mis días de bienestar. Pero de momento no existe, no hay nadie que quiero que me vea cerrar los ojos aunque yo nunca dejo de soñar. Pero no te lo voy a contar.

martes, 25 de noviembre de 2008

(in)Consciencia

Con la experiencia vamos aprendiendo a alejarnos. Alejarnos de nuestros propios pensamientos. Es como si, poco a poco, nos volviésemos capaces de despegarnos en general. Todo pesa mucho menos porque tomamos consciencia de que nos vamos, de que nos despedimos, de que las cosas cambian. En cambio, antes, no queríamos darnos cuenta de que hay personas, lugares, momentos que con o sin causa se van, se borran. Encajamos las despedidas con una entereza digna de la suma de nuestros años y a la vez, convivimos con emociones y sentimientos que ya no causan huracanes interiores incontrolables. Aprendemos a controlar. Y controlar es, de algún modo, alejarse de los preludios, de los comienzos, de los finales.
La experiencia colectiva es rica y generosa, solo hay que dejarse enseñar por ella y te darás cuenta de que la sabiduría tiene las soluciones a nuestros años. Antes vivía al filo de los caprichos de mi pasión. Temía al adiós y al desprecio y los vivía de tal modo que el sufrimiento parecía una hipérbole de la realidad. Ahora he metido un par de hielos en mi copa de la vida y todo se ha enfriado. Ahora me gusta ser consciente de que me voy de algunos sitios, de que nunca más los volveré a pisar. También me gusta conocer a esa gente pasajera que se va porque la función que nos involucraba a los dos ha terminado. Tomar consciencia es el primer paso hacia delante por norma general, así pues, también lo es en este caso.
Y por estos motivos y posiblemente, por secuelas de la experiencia, ahora tengo mis emociones en una línea paralela a mis pensamientos. Así se dibuja en mi mente. Las emociones están en la línea superior y van pasando sin cesar como si de publicidad subliminal se tratase. Los pensamientos, en cambio, están quietos y amontonados, más o menos ordenadamente. Hay un filtro, entre ambas líneas, coordinado por mi mente que consigue que algunas emociones no lleguen a mis pensamientos. Si sólo siento, no analizo. Y si no analizo, no sufro tanto. Y esto es lo que hacemos muchos de nosotros en un punto de nuestra vida. Quizás sin visualizarlo y tan si quiera, sin darnos cuenta. Pero creo que forma parte del punto medio de una evolución donde escoges si te tiras de cabeza o de corazón.

martes, 18 de noviembre de 2008

Paris

La vie en rose es la sintonía que, sin saberlo, descorcha la inspiración que envuelve Paris. Paris en otoño es un cuadro perfecto que hasta sin marco te atreverías a colgar. Y es que esta ciudad toca sin necesidad de tener manos a todos nuestros sentidos y logra hacerlos vibrar. Es la magnífica armonía entre la bohemia y la sofisticación, una simbiosis que siempre ha conseguido encandilarme. Paris, je t’aime.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Humanos por NATURALEZA

Las virtudes y los defectos de una persona son un sello de identidad del que deberíamos estar orgullosos. Son características innatas o evolucionadas que nos hacen seres no comunes y nos alejan del concepto clon. Y este hecho me parece muy positivo y enorgullecedor. Por inercia, pero, tendemos a camuflar nuestros defectos por su contenido peyorativo a la par que modificable. Pero, al mismo tiempo, algunas personas se dedican a codearse con sus virtudes y hasta a exagerarlas. Y esto ya no me parece, en ningún caso, positivo. Exaltar lo bueno de la naturaleza de una personalidad no es más que darle respiración asistida al ego. O sea, crear un cúmulo de esperanzas que pronto se verán desvanecidas pues son pocas las vías artificiales que aseguran –valga la redundancia- la seguridad. Y la seguridad de cada uno viene dada por la aceptación de las condiciones con las que convivimos, ya sean exteriores o interiores. Teniendo en cuenta que el exterior es, en muchos casos, imposible de controlar y regular, deberíamos satisfacernos con nuestro interior. A fin de cuentas, nuestras virtudes y nuestros defectos son imán para muchas –o pocas- personas, pero son el puzzle que algunos deciden hacer. Si pintas las piezas reales no haces más que alterar a tu persona y entonces el puzzle resulta inútil, incomprensible, ilógico e inacabado. Y es entonces, cuando lo dejas a un lado porque a nadie le gustan los vacíos pues denotan, de algún modo, insatisfacción.

lunes, 10 de noviembre de 2008

M de Felicidad

El expediente que tienes en mi vida es de notable pues el futuro, me atrevo a decir, te brindará el excelente. Siempre has sido mi gran sorpresa, quizás por esto te tengo en una vitrina cual reliquia doctrinal. No es necesario que detalle las minucias y las grandezas de nuestro pasado porque no han sido más que un camino paralelo a tu descubrimiento –aunque vale decir que ¡menudo camino el nuestro!-.
Esto no son unas palabras de aprecio, ni un discurso escrito que complazca a tu ego. Casi nunca ha sido así. Ya son muchas las líneas que te he dedicado durante largo –y alargado- tiempo y nunca te he dejado llegar a leer. Quizás porque las valoraciones hacia otras personas salen a la luz en ocasiones concretas, si es que llegan a salir. Pero conoces –y de sobra- mi escritura y sabes que nunca ha conocido la hipocresía y mucho menos la perfección. Sé que ya no paseas por aquí, no por desinterés, pero sí por ganas de saber toda mi vida pero con un ojo cerrado. Y lo entiendo y lo comparto, hay capítulos que, sin querer, retoman sentimientos del pasado y hacen recaer al vicioso círculo de la melancolía. Aún así, escribo estos pensamientos que ya florecían cuando esta tarde sorbías el café que llevas casi inyectado constantemente. Soy un libro abierto para ti y soy consciente de ello. Ya perdí el miedo a esta desnudez pues no conozco a nadie más que, sin compartir mi sangre, domine todos mis terrenos a la perfección. Sabes el significado de mis movimientos hasta el de los más –aparentemente- inútiles. Y sea cual sea el significado que yo desprenda me vas a recordar que siempre me vas a querer así, sin más, por lo que soy, por lo que siento, como tú dices, por lo que quiero. Y esto reconforta en un mundo que desaprueba prácticamente todo lo que se deshaga de lo habitual. Y tú no eres habitual. Y por esto te guardo y te vivo. Me encanta saber que hay muy poca gente como tú. Quizás porque te quiero y me gusta que destaques por encima de los demás. Y además, me haces pensar. Me tiras a la piscina de un modo sutil y con esto he crecido enormemente. Eres grande por no querer cambiar a las personas a las que te gusta conocer pero aún eres más grande por ser capaz de dejar tu influencia positiva en esas personas que han logrado acercarse tanto a ti. Eres un antes y un después. El antes te habría contado estas palabras de una forma muy distinta y con unos sentimientos mucho más a flor de piel. El después ya lo conoce casi todo y ya ha valorado y vivido el amplio abanico de sentimientos que se acercan a ti. Hemos vivido evoluciones en una misma línea, evoluciones paralelas, evoluciones separadas y ahora tenemos el verdadero resultado. Me ha encantado vernos así, tan juntos y tan separados. Tan conscientes de las bases de tanta complicidad. Es lo bueno de la vida: lo que tenga que ser será. Y este, es el resultado.
Felicidad.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Los besos capaces

El primer beso se da con la mirada, los ojos caen hasta los labios de la otra persona. No hablo de besos aleatorios, hablo de besos capaces. Te cuento: los besos capaces son esos que piensan y temen y dudan antes de ser regalados. Son esos que, una vez se han descubierto, son conscientes, disfrutan y se multiplican. Son esos que una vez superados, desempaquetan sonrisas o llantos. Los besos capaces son esos que provocan algún tipo de emoción. Esos que reúnen a todos los sentidos adrede y se atreven a vivir todo lo que notan en el momento del beso.
Quizás nunca te habías parado a pensar en la magnitud de los besos capaces pero si sabes de que hablo, entenderás que los besos incapaces están al alcance de cualquiera porque están en venta, prácticamente, por doquier. Y al fin y al cabo, a todos, de algún modo, nos gusta la veracidad y la exclusividad.

martes, 14 de octubre de 2008

Una historia con final feliz

La silla de madera aún está encarada a la ventana desde la cual el cielo parecía la libreta de nuestras concepciones. Sentados ahí desgarrábamos notas con una guitarra que inventaba acordes al azar y acompañaba letras plagadas de vulnerabilidad. Encadenábamos las flores violeta que colgaban de la pared de la terraza e inventábamos aromas que esculpían recuerdos. Te girabas de vez en cuando y sonreías hasta con la mirada, era precioso a la vez que irracional. Te echaba de menos hasta cuando te tenía al lado, era un sentimiento de fragilidad. Una fragilidad dada por una inocencia inconsciente que temía a la par que amaba. Y amar era inoportuno dada esta debilidad. Y entonces encendíamos un cigarrillo y lo fumábamos a medias y el humo encandilaba la habitación que encerraba horizontes y nos daba igual. Jugábamos a la bohemia y a la felicidad, nos encontrábamos hasta ciegos y nos acariciábamos recordándonos que nos quedaba mucho tiempo que quemar. Y quemábamos nuestras cabezas con cierres de puerta malsonantes, y desplazábamos nuestro corazón en busca de otra mitad. Quemábamos los momentos con palabras inoportunas e insensatas y dejábamos que el fuego siguiera su curso hasta explotar.
Caminamos por encima de las cenizas de nuestra historia y nunca hubo una nueva página que empezar. Llegó el viento del olvido y las fotografías dejaron de pesar. La silla de madera se quedó sola con su compañera, la soledad. Y nosotros nos fuimos alejando y prestándole al vacío nuestra compartida identidad. Y así, sin más, ganamos.

sábado, 4 de octubre de 2008

(Para los) RESERVADO(s): PARA LOS OYENTES

Soy de esas personas que escuchan más que hablan y me gusta la gente que también es así. No porque me sienta identificada con ellas sino porque son más sorprendentes a la hora de conocer. La gente que enseña todas sus cartas en la primera jugada queda al descubierto para todas las partidas siguientes y ya no hay ningún misterio a la hora de apostar por el resultado. La gracia reside en la adicción que crea la intriga, el desconcierto…así nace la motivación.
La gente reservada quiere a su persona y así la protege valorando su intimidad. No es vulnerable a cualquier oreja y por este motivo las lenguas viperinas no tienen material para trabajar.
La gente que sabe valorar el silencio deja piedrecillas en su camino para esas personas que se atrevan y no se cansen de caminar. Las dosis pequeñas siempre son mucho más cautivadoras que las que te brindan en gran cantidad.
Supongo que por la ley de la complementación tiendo a tener amigos que priorizan el hablar al escuchar y esto me parece fenomenal porque llenan el saco de mi experiencia también con la suya. Pero, a veces, me encuentro con oyentes parecidos a mi y entonces la conversación cuesta de arrancar. Creo que tenemos un punto de desconfianza hacia las personas externas o desconocidas y así creamos barreras al diálogo con lo desconocido. Contamos líneas de nuestras vidas dejándolas en puntos suspensivos, saltamos capítulos de nuestra historia, nos salvamos con explicar lo superficial. En realidad, pretendemos dar indicios para que encuentren nuestra profundidad sin regalarla nosotros. Y cuando nos descubren valoramos a esa persona con una honesta intensidad. Es el rol de los oyentes, escuchar y dejarse conquistar con las palabras. Háblame.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

La consciencia del cambio

Nuestro café de hoy ha sido el resplandor de un punto de inflexión. El tren de los días es evolutivo y yo consciente. Hay personas que se integran en la corriente de la vida y no se dan cuenta ni de los cambios ni de lo que estos suponen, se aferran a frases de canciones como “viviendo rápido para no pensar” y sucedáneos. A mi esto no me va. Básicamente porque soy una exprimidora de etapas de la vida a la que le gusta comparar el antes y el después.
Nos hemos perdido por una callejuela exterior a nuestro radar habitual y hemos encontrado un bar descaradamente especial que hemos bautizado como nuestro nuevo segundo hogar. Los dos somos de buscar tesoros urbanos y llenarlos de historias con un café entre manos y mucha reflexión que canalizar. Nos hemos dado cuenta, sin embargo, que hemos cambiado. Hace tres meses hubiésemos esbozado inútiles mapas para llegar al amor cuando este no era el mejor destino. Jugaba a ser la Cristina de Woody Allen y ahora ya es solo un retrato que empaquetar. Ahora hemos hecho rutas para llegar a lo mejor de nosotros mismos y sentir que somos tal y cómo queremos ser. Hemos hablado de esto también, de la sincronización entre cómo nos ven los demás y cómo nos vemos a nosotros mismos y hemos visto que hay abismos indeseados que poco a poco se van borrando. Con esto hemos llegado al tema de las personas regalo. Las personas regalo son aquellas que acabas de conocer y hablas con ellas por primera vez. Son una caja que, una vez le quitas el lazo, tiene sorpresas a pares, novedades impolutas y curiosidades que descifrar. También nos hemos descifrado a nosotros mismos que es una tarea ardua que requiere esfuerzo y ganas de pensar. Ambos somos de pensamiento en constante funcionamiento que circunvala cualquier detalle que pueda aparecer. Y esto a mi me encanta y tu lo sabes bien. Sin las volteretas que nos hace la cabeza notaria que me falta media vida y todo perdería parte de su interés.
Este es un año con mirada optimista en el que los enigmas y nuestra propia controversia tendrán un resultado positivo. El punto de inflexión ha surgido, dejemos que trabaje en nuestra piel.

jueves, 4 de septiembre de 2008

En lo más alto

Hay una montaña a unos veinte minutos de mi mirada que guarda secretos bajo llave. Lo digo sin saberlo seguro pero ya sabes que las suposiciones inyectadas por los ojos son casi ciencia cierta. Si no lo veo no lo creo y verborrea similar que resulta ser muy cierta. El hecho es que cuando cae la tarde y se desnuda la noche veo siluetas en lo alto de la montaña que miran al vacío arrojando interiores y hasta deseos. A mi al principio me extrañaba que se tratase de personas solas. Normalmente estos parajes de la naturaleza apartados del bullicio y dignos de amor compartido se convierten en circos pasionales y derivados. Pero allí no sucede lo mismo. La gente va a hablarle al todo y a la nada en silencio y sin recibir respuesta, supongo. Yo creo que es la excusa perfecta para escucharse a uno mismo y para soltar parrafadas insonoras que se acumulan y nunca se agotan. También creo que algunos van a desear. A enjaular peticiones en burbujas de aire y dejarlas explotar durante la caída para que sucedan.
Yo hace días que tengo la tentación de acercarme. Quizás algún curioso también se dedica a hacer apuestas a costa de mi silueta desiderativa. Aunque por mi parte lo tengo claro, yo le cantaría al vacío: “Don’t bring me wishes of silly dreams”.
Y luego, sin duda, seguiría soñando.

martes, 19 de agosto de 2008

El encanto del mar

El barco de los besos inesperados surca mares desconocidos que abren corazones olvidados. La luz del sol se presenta lentamente entre las olas calmadas que brillan por los incipientes rayos de un mágico amanecer. El surrealismo entra en cuerpos apasionados que desatan caricias enjauladas y destrona palabras vergonzosas que reinaban horas atrás. La brisa marina juguetea con melenas desbordadas y con pelos de punta que niega haber provocado. Y es verdad.
El triangulo de la sorpresa, el sentimiento y la fugacidad deja huellas en pieles melancólicas ansiosas de recuerdos renovados. El verano y la marea pueden ser el auge de la felicidad. Hay promesas que zambullen en océanos mirones que transportan mensajes en botellas imaginarias hasta recónditos lugares escogidos por el destino. La eternidad del mar sabrá.

martes, 5 de agosto de 2008

Egiptología

Egipto está invadido por una línea horizontal que describe diferencias. Abajo están las vías laberínticas sin asfaltar que inundaban de arena nuestros ojos avispados abiertos como platillos para admirar. Está la muchedumbre humana que reside en el Cairo y el caótico descontrol de tráfico que sorprende cada vez más. Abajo está la pobreza y la extrema pobreza que consiguen reanudar sus días vendiendo hasta su humilde sonrisa. Están los hombres y están las mujeres, por separado, sin pizca de igualdad. Ellos mandan y gobiernan y deciden y hasta se atreven. Ellas callan, se esconden detrás de pañuelos y burkas opulentos que se reducen a su seña de identidad. Están las playas de Alejandría plagadas de sombrillas naranjas y de gente vestida en el agua que se sorprendía de nuestra llegada y sobretodo de nuestro escueto ropaje. Abajo están los mercadillos más espectaculares del mundo donde apuestan tu vida a cambio de vulnerables camellos los cuales, sedientos y sin fuerza, nos paseaban por desiertos infinitos vacilando en cada paso por una rutina vital imposible de cambiar.
Arriba, en cambio, alzando la vista por encima de la línea del horizonte está la absoluta riqueza. Las pirámides monstruosas que protagonizan la historia de una civilización que un día despuntó por su descomunal inteligencia y que ahora, de momento, es incapaz de avanzar.
Los sentimientos acumulados van desde la más honda tristeza hasta el más asqueroso egoísmo. El sentimiento de tristeza se ve en las caras de todos los turistas que se derriten ante los ojos de niños hambrientos que se venderían a cambio de miseria y compañía. El egoísmo se afirma tan solo con mirar el bajísimo nivel de vida, la enorme falta de recursos y sobretodo, con nuestros viajes de vuelta a casa. Estando allí no sólo les ayudaríamos a ellos sino que también a nosotros mismos. Todo lo que tenemos aquí y lo gozamos sin valorar. Todo lo que valoran ellos que vayamos allí y les enseñemos a gozar. En fin, es un pensamiento que hasta que no se pone a prueba nunca se puede dejar de reflexionar. Ha sido una vivencia más para la experiencia y la consciencia. También ha sido una nueva llave que abre puertas en la amistad, ya os lo dije allí, somos un gran equipo Ana, Patri, Marina, Gaby, Alba, Almu, Paty, Mario y Antonio.

jueves, 19 de junio de 2008

Desde el instituto

Ayer cenamos en el Raval a modo de reencuentro. Las amigas del instituto son de esas que te las guardas en el bolsillo para no perderlas. Son cojonudas, te lo digo yo. Son de esas personas que aunque la vida se agite siguen siendo tal cual, te guste o no, son así y punto. Yo soy consciente de que ellas son uno de los ingredientes de mi. No sé si ellas son conscientes de ello. El hecho es que durante años me han hecho ver que hay mucho más aparte de mi mundo y de mi entorno, yo les estoy enormemente agradecida. Sus personalidades son descaradamente verdaderas y la sencillez de su interior las hace fuertes y admirables. Tienen unos valores vitales muy bien asimilados que forman parte de sus identidades. No son copias de nadie, bravo.
Son como duendes terrenales que encuentran la felicidad fácilmente. No es que se conformen con poco, sino que ellas son almas felices de por si. Te lo juro, te das cuenta solo con mirarlas, a ellas y a sus respectivas sonrisas. Esto es genial porque cuando estás al lado de una persona que está bien con ella misma, tú te sientes paradisíacamente fenomenal. Y te tomas una caña más para no acabar la jornada. Y hablar de juegos que rompen el hielo y de personas que son tu amarillo. Y te fumas otro piti para decirle que no es creativa pero si admirable, que lo prefiero, al fin y al cabo. Y apuras para pedir la cuenta para que te cuenten que para que te encuentren debes saber donde estás tu mismo. Y al irte no aplaudes porque las besas y las abrazas pero piensas en lo bueno que ha sido verlas otra vez. No nos decimos adiós, ni hasta luego, fíjate, nos reímos hasta el final y nos llamamos cuando nos apetezca, realmente, un encuentro otra vez.

martes, 17 de junio de 2008

Atreverse a:

Hoy hemos esbozado situaciones divididas en dos. Por un lado, atreverse y, por otro lado, no atreverse. Y este tema te digo que lo sacas un día y le sacas una punta tal que lo tienes metido en la cabeza horas largas. Atreverse tiene siempre un mismo resultado que es igual a satisfacción –aunque sea solo por piscinazo-. En cambio, lo de no atreverse ya es un mundo aparte que cómo no vigiles hasta te metes en círculos lacrimales que van desde el arrepentimiento hasta la desesperación. Visto lo visto, hemos decidido dejar en el cajón la situación dos porque las heridas se curan a medias y porque el luto es una palabra que nos iba grande hoy.
Resulta que, a pesar de ser una panda de chicas que se auto consideran poco atrevidas, telita con la lista que hemos confeccionado. Han habido repeticiones de “apaga y vámonos” cuando nadie creía tener los santos cojones de cerrar chiringuitos de dimensiones cosamala. Ha aparecido medio mapamundi por necesidades repentinas de largarse lejos, por necesidades intrínsecas de viajar a tierras insólitas porque si y sobretodo, de plantarte al otro lado del mundo con una mano delante y otra detrás, más sola que la una y dispuesta a sentencias cuales “lo que me echen”. También se ha hablado de ligoteos varios pero esto ha quedado penalizado porque olía a noches alcohólicas y desespero sensorial. Una ha contado que mató a dos pájaros de un tiro, desafiando la altura y a la gravedad y que juró, una vez arrojada al vacío, que esto era un golpe bajo hasta para su adrenalina. Y, entonces yo he pensado que era mejor no contar que yo no me subo ni a la Estampida ni al Dragon Khan, no por miedo a caerme o a las alturas sino por amor a mi corazón que ya no daría para más. Luego hemos evolucionado el tema hasta conceptos más abstractos que van desde los pecados capitales hasta los sentimientos. Hemos afirmado todas que nos atrevemos con la gula, la lujuria y, como dice Isabel Allende en uno de sus libros, hasta con el puente entre las dos, piénsalo. Nos atrevemos con la rabia instantánea y a largo plazo, con los celos amorosos y con la placentera felicidad. Una ha contado que se atreve con la envidia porque afirma ser momentáneamente superficial y hasta con el desprecio –que creo yo que lo relaciona con la envidia y le hace bastante mal-. También nos atrevemos a luchar por valores e ilusiones e incluso, nos tiramos a la piscina si se trata de atreverse a lograr. Nos atrevemos a querer y a ser nosotras mismas que esto nunca viene mal. Y llegadas a este punto, la conversación se ha desviado y hemos hablado de personalidades baratija y personalidades de lujo que su secreto es su verdadera identidad. Eso sí, hemos acordado doblar la lista de “me atrevo a” este verano y el jugo que puede contener no me lo pierdo ni por atreverme a decir que no soy cotilla y una amante de los entresijos de la vida y de lo que somos y soy capaz.

Prosigamos

Ayer por la noche, cuando escribí el último articulo me di cuenta de la forma rutinaria que, desde hace un tiempo, tiene mi escritura. Y, efectivamente, no soy la única que lo piensa. Gracias por la crítica, los ojos ajenos, afortunadamente, delatan y más, si se trata de evidencia. El hecho es que esto ha sucedido “por culpa” de un estancamiento emocional que reduce mis palabras y mi volatilidad mental. Pero llega un momento que, por inercia, tiramos adelante y entonces, se reabre –deseo- la emoción. Aún así, como ya he contado varias veces, este espacio es, de algún modo, un reflejo directo de mi. Las fases de mi camino están aquí encerradas o mejor dicho, liberadas. Y seguirá siendo así, cuando esté arriba y cuando esté abajo porque las palabras –entre otras cosas- son mi vía de escape y de evasión. Son las responsables de que yo me de cuenta de que hay una evolución, un punto de inflexión.

lunes, 16 de junio de 2008

Over

Cerrar una caja con una historia dentro es una despedida. Le haces un lazo para que no se abra sin querer y la regalas. La regalas al olvido con mayor o menor decisión pero la apartas de tu camino. Esta caja en concreto guarda un corazón desesperanzado que no late por felicidad. Cuando esto sucede significa que el latido, a pesar de ser verdadero, no habría llegado a buen Puerto. Todos los corazones buscan la felicidad.
Yo nunca había empaquetado historias que provienen desde el corazón, porque su valor era de un gran significado para mi. Pero llega un punto en el que las líneas mentales y emocionales dicen basta y, entonces, se dibuja el punto y final. Como me dijo un amigo un día, una de las bases de la felicidad es querer a esas personas que nos quieren. Y en esta sentencia es en la que me aferro yo. Al fin y al cabo, yo me nutro de sonrisas, si estas no existen no hay ningún motivo por el cual viajar por los recónditos lugares de la emoción. Dicen que de los errores y de los obstáculos aprendemos y, afortunadamente, es así. La perspectiva se amplia, según las dimensiones de la caída, y, una vez de pie, te das cuenta de todo lo que has cargado en la experiencia. La experiencia me dice que valorar a las personas es ser rico interiormente, que desde el momento que te piden que te rebajes, empieza un círculo de desprecio –para mi, despreciable-, que a pesar de los pesares, nos tenemos que cuidar a nosotros mismos y tenernos en cuenta y sobretodo, que los juegos emocionales son peligrosos. Cuando el rencor es una hacha de guerra, la inteligencia puede llegar a ser malévola, las emociones frívolas y el sentido de los sentimientos puede llegar a ser, desgraciadamente, superficial.

sábado, 14 de junio de 2008

Compañera soledad

Se acaba la función y todos se van a casa. Algunos con los hombros arropados y otros con la sombra de su propia soledad. Una soledad que golpea silenciosamente sin piedad, que invade ojos mediocremente relucientes que solo relucen por la lágrima que se cuela a su pesar. Las parejas son ases de corazones que se reducen a su propia felicidad. Se enternecen con la dependencia de sus miradas y se rozan desafiando lo que puede, luego, pasar. No se giran a mirar al que camina solo a su lado o detrás. No le tienen nada que envidiar, es la fuerza del sentimiento compartido lo que nos hace admirar. Las almas desalmadas son una contradicción para cualquiera que no sepa lo que es añorar. Una añoranza generalizada de la emoción que irradia enamorar.
A los que caminan solos después de la función, solo les queda recordar. Viajar por la melancólica línea de su pasado y embotellar resquicios de sentimiento que un día, borrachos de amor, lograron cultivar. El recuerdo es uno de los pocos alimentos que no caduca si lo cuidas. Es el postre del presente para aquellos que divagan por su existencia. Para aquellos que quieran atemporalizar los momentos de su vida. Para aquellos que quieran teñir su soledad de retales de compañía que un día llegaron a encontrar.

miércoles, 4 de junio de 2008

El doble significado de las tragaperras

He leído las palabras de un amigo que cree que nada es grave. Yo esto me lo creo a medias y me hace gracia que él se tome esta afirmación con tanta filosofia (o esto parece). El hecho es que, con mucha maestría, ha descrito lo que evocan las máquinas tragaperras. Y por sorpresa, las ha comparado con la actitud femenina. Digo por sorpresa porque yo las relaciono con la actitud del género masculino. Los dos lados de la moneda, que cerca quedan uno del otro y que díficil es, a veces, que connecten y se entiendan a la perfección.

"Aquella máquina tragaperras era muy inteligente, sabía administrarle al pobre hombre la suficiente dosis de esperanza para que siguiese metiendo y metiendo monedas haciéndole creer que su victoria, su premio gordo, cada vez estaba más cerca. Bajo esa trampa basada en una falsa expectativa de éxito inminente el hombre siguió metiéndole monedas hasta quedarse sin un duro".

Desde aquí te felicito por estas palabras, has conseguido la medida exacta para que te aplauda.

lunes, 2 de junio de 2008

Our picture

I once packed the bags of my heart
I put our picture in a box and hid it so I couldn’t find.
I though I was this free bird who’d fly alone forever
But there are circles of feelings you can’t ever leave behind.

So I moved our picture into my mind
And saw all the laughter and emotions we had.
They came to me like waterfalls, so loud, so beautiful
like a never-ending story taking place on my mind.

So I moved our picture into my heart and found it broken
It was so restless and so poor, so needy and confused
I tried to fix it on my own with bits of memory I took from the box
But it wasn’t enough, love is easy to feed with present but not when it's gone.

Then April came with a new you and I.
The same old ones we used to be, with different manners and different things.
A brand-new story you had for me, and this old pain I truly feel.
May came by and I felt lost, same did June and I lost it all.
You’re everywhere I see, but never really here

So I started to live with our picture next to me,
Is the furthest I wanna have you, or I’ll bring myself down
I’m this big loser who fought for love and still will.
The one who gives her words in vain and copes alone with her own pain.

So I will move our picture to the future, you just fill me with silence now
There’s no more I can do if you don’t want me to
I’ll once again wish upon a star, once worked with you
Let’s see if it works now.

Desencuentro en diez segundos

El beso cayó, lentamente, entre los dos, esparciéndose por sus cuerpos durante la caída. Se quedaron impregnados de la imposibilidad del encuentro de sus labios y llegaron a echar de menos este beso, que nunca llegó a existir.

jueves, 29 de mayo de 2008

Giros vitales

Nos hemos plantado en una terraza y hemos hecho una de cañeo modo update semanal que viene siendo muy común últimamente. Estamos que nos salimos por lo bueno de la vida en sentido literal. O sea, que hemos matado rutinas que venían de lejos y mira que bonito es el cambio que invita a senderos desconocidos. Llega un punto en el que te planteas tu alrededor, así sin más. Y entonces ves la basura inútil pero también ves un puñado de diamantes diarios que quitan el hipo y destaponan tanto la mente como el corazón. Es algo parecido a lo popularmente conocido como “el balance de lo bueno y de lo malo” que a veces, sienta de maravilla para renovarte y, ya sabes, no morir. Resulta que este curso que llega a su final en un abrir y un cerrar de ojos (espero) me ha pasado volando. A su vez, me ha enseñado varios ejemplos de las vueltas que da la vida y parece que esta demostración me ha sentado telita bien. La rutina lo único que hace es mantener a ese yo que ya conoces. En cambio ( y nunca mejor dicho), los cambios te dotan de la posibilidad de conocerte mejor, te dejan que descubras tu yo desconocido y moldean al de siempre, que, de hecho, es la esencia de cada uno, o sea, el punto fuerte, la autenticidad.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Buenas noches

Yo creo que tengo insomnio provocado por mi misma. Por una parte, por desfase horario que algún día lograré centrar pero, por otra parte, por mi hiperactividad mental. Durante el día, yo ya estoy acostumbrada a hacer puzzles mentales instantáneos si quiero que mi cabeza siga equilibrada pero, por la noche, mi cabeza da para mucho más. Resulta que cuando subo las escaleras para llegar a la habitación se abre un nuevo mundo pensativo. Y yo ya me lo tomo con calma porque me lo se de memoria. Primero, veo los lápices de colores encima de la mesa, cómo si fuesen mi primera etapa creativa antes de ir a la cama. Normalmente los rechazo porque enseguida me espera este ordenador. La música que suena acostumbra a ser muy tranquila y en ingles. Si es en castellano, no escribo a gusto porque se mezcla la letra de la canción con las palabras que yo tecleo. Y una vez tengo el ordenador en modo Word y una hoja en blanco, aquí si que ya no se sabe cuando acaba la noche, si es que no se trata de la madrugada. Entonces, acostumbro a mirar por encima de la pantalla y veo como vías de ideas que van llegando a mi. Y escribo una línea y la borro. Y escribo otra y también la elimino. Hasta ver que ya tecleo sin parar y que soy consciente cual es la siguiente frase y cual será el final. En este caso, también se abrió hace unos meses una nueva variedad de escritura. Resulta que también me gusta escribir canciones, pero aún les tengo un poco de miedo porque mi conocimiento musical, que sería un gran acompañamiento, flojea que no te lo crees. Así pues, una vez acabada mi tarea de expresión, cierro el ordenador y después las luces. Y es entonces cuando se descorcha mi pensamiento más terrenal, el más ligado a mis sentimientos, emociones. Voy al pasado, vuelvo. Pienso en el presente y sigo. Esbozo mi futuro y me hago ilusiones. Y pienso en esas ilusiones, que claro…están, de algún modo, relacionadas con mi pasado y mi presente. Total, que hago una carrera de obstáculos que ejercita mi mente y es una lastima que no adelgace. Entonces pienso en personas, normalmente las que me hacen más feliz. Vuelvo a reírme por muchas risas ya construidas e, incluso, lloro por muchos llantos ya gastados. Echo de menos a personas y a lugares y a sensaciones y hasta a olores. Pienso en lo nuevo que vendrá y que, algún día, también quedará como un recuerdo. Y, aproximadamente, en este momento, noto que empiezo a dormirme. Y disfruto de ese momento porque es la pre-evasión a la pura realidad. Y luego…ya viene toda la parte de los sueños, que son un mundo aparte y también, por descubrir.

Buenas noches.

martes, 27 de mayo de 2008

Blowing in the wind

La vida es un camino de ida.
El tiempo cubrirá la duda y arropará el vacio.
Tú camina.

"The answer, my friend, is blowing in the wind"


http://www.youtube.com/watch?v=A4nPJ-YYHBc&feature=related

domingo, 18 de mayo de 2008

Autodescripción

Marta es una soñadora compulsiva, arropada por la ilusión, la suerte y la inspiración. Es realmente fuerte de mente aunque frágil de corazón, es una contradicción. Piensa en verso, en prosa y hasta, a veces, en poesía. Su vía de escape, su mayor pasión y una de sus primordiales necesidades es escribir. Escribe sobre sus propios pensamientos, pues considera que los ajenos no están en su derecho. Tiene un punto de egocentrismo aunque lo exagera con el juego de la ironía. Es sincera hasta con ella misma y siempre prefiere oír una dura verdad. Es eternamente pensativa y silenciosamente melancólica. Es descaradamente complicada e intensamente preocupada. Tenía miedos en su día a día y prefería amueblar su futuro. Ahora que ya lo tiene configurado, se ha dado cuenta del valor de las horas y las vive dándose cuenta de su transcurso. Se va descubriendo a sí misma y lo hace a propósito. Es entregada con las personas que la emocionan, es atenta con la gente que la sorprende y es un imán de personas con estrella. Es amiga de unos pocos y es compañera de casi todos los demás. Tiene unos valores vitales muy estructurados y los obedece para vivir tranquila y acorde con sus principios. Es amante de la casualidad y de los entresijos del destino, le gusta escapar de lo terrenal. Es observadora y fiel oyente, es capaz más que incapaz, es nerviosa y desordenada y peca de impulsividad. Es alguien que va creciendo y, afortunadamente, va moldeando su personalidad.

sábado, 5 de abril de 2008

Caída a vacío

Las caídas al vacío son el resultado de poca previsión. Me refiero a los accidentes que arremeten contra el vital batido de cabeza-corazón. Cuando sientes sin pensar es que realmente estas seguro de tu sentimiento. Evitas colocar en el mapa de tus emociones las consecuencias, las posibles caídas y los dolores de cabeza en general. Sin embargo, lo único que haces es disfrazar tu pensamiento ya que el desliz o el fallo son una de las fichas base para avanzar o retroceder.
Yo me acuerdo de cuando jugaba a esto, a sentir sin pensar. Y digo jugar porque era un maravilloso coqueteo constante con la felicidad. Pero entonces se dibujó la trampa. Eso donde te metes de forma imprevista porque pasabas sin mirar, porque no tenías previsto caerte o porque, simplemente, no habías valorado que pudiese aparecer un alto en el camino.
En ese momento, es cuando te caes al vacío. Empiezas un viaje transitorio que su transcurso parece eterno. Viajas por los recónditos lugares de tu mente donde habías acumulado la tristeza que no gastabas cuando sentías sin pensar. Descubres las fronteras de tu persona que parecen limitarse según el aguante de cada uno y sobretodo, te das cuenta de que los caminos hacía delante siempre resultan ser el mejor destino.
Llega un momento del viaje en el que te encuentras a tu dignidad. Esa sabia figura que si la tienes en cuenta te salva de caer e, incluso, te lleva hacia las ganas de volverte a levantar. Y entonces, la caída al vacío llega a su final. Y como cualquier final, tiene una conclusión: quizás te tiran al vacío pero eres tú quien decide o no, poner el punto y final, levantarte con la experiencia en el bolsillo y saber que la próxima vez, si te vuelven a tirar, intentarás volar.

lunes, 25 de febrero de 2008

fotolog.com/demartavives

Ayer me preguntaron cómo definiría la moda en una frase. “Es lo que tú quieras que sea”, me arriesgué a contestar. Por mi parte, hasta me metería en la cama con las tendencias pero no lo hago porque allí se me desnudarían y a mi lo que me atrae, en este caso, es lo que viste al cuerpo (y hasta al alma).
Las pasarelas siempre me han parecido un mundo ilusorio donde converge todo lo que se avecina al desenmascarar una nueva temporada. Uso las palabras “mundo ilusorio” porque la realidad, es decir, la moda urbana, nunca consigue desprender la elegancia de las, afortunadamente eternas, pasarelas. Aún así, a su vez, hay que aprender a apreciar este hecho ya que si todos fuésemos perchas perfectas, nunca existiría lo que marca la diferencia. Y la diferencia es la gracia, es la cuna del arte y, por supuesto, el alimento de la moda.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Miradas

La mirada no es siempre suficiente a pesar de sí ser el espejo del alma. A pesar de que el primer beso se da con la mirada. A pesar de que una mirada valga más que mil palabras. A pesar de los pesares, las miradas no son suficientemente carnales. Y eso es a lo que vamos todos por naturaleza, por ley de vida y por pura necesidad.
Las miradas se quedan cortas cuando necesitas abrazar. A pesar de que hay fusiones visuales nunca el calor suficientemente dentro llegará. Lo mismo pasa con los besos. Cuando tienes delante a esa persona a la que amarías con brutal intensidad. Aunque la mirada cuente cuentos, no habrá suficiente contacto como para llegar adentro y llegarte a emocionar.
El problema de algunas miradas es que saben callar. Porque nunca se acercan suficiente hasta donde les gustaría llegar. Son mediocres sin sonrisas, están vacías sin nuestro hilo mental y son falsas si no reflejan el corazón. Las miradas son vitales para entender, son preciosas para admirar y son seductoras según lo que uno esconda detrás.

lunes, 18 de febrero de 2008

Besos al vacio

Guardó en un sobre todos los besos que nunca le dio y lo dejó caer al vacío. Cupido se fue hace tiempo, así que nadie los rescató y se perdieron en la nada. Aunque quedaron gravados para siempre en su todo y de aquí, surgieron las espinas.
Fíjate en una rosa. Al principio simula el bello instante y luego, el brillante recuerdo. Más tarde es una rosa con espinas. Las imperfecciones de algo perfecto que se ha roto en dos. Y nunca es en tres o en cuatro. Siempre es en dos. Porque es obvio que hablamos de corazones que se alimentan. Que se desintegran poco a poco si nadie les da amor.
El amor es la llama de la vida, la incertidumbre, la emoción, la satisfacción. Son los besos que no dimos. Que los arrojamos al vacío sin darles su merecido valor. Y luego es lo que pasa, que no te notas cada uno de los latidos de tu corazón.

martes, 12 de febrero de 2008

primeras FELICIDADES genialidadylocura.blogspot.com!

La diferencia entre la genialidad y la locura es el grado de éxito. De aquí el nombre de este espacio que camina a mi lado y hasta me da la mano, me hace latir la cabeza y me hace pensar con el corazón. Es el álbum de palabras que escribo para leerme a mi misma, para desconectar, para compartir, para entretener, para crecer y para poder recordar con precisión,
Entre todas las líneas que he escrito hasta hoy, hay siluetas de personas que llegan dentro y han creado en mi una emoción de valor. Si buscas entre mis palabras y encuentras a tu persona (explicita o implícitamente, quizás no te ves) es porque me ha encantado compartir mi tiempo contigo. Sino apareces y te gustaría, abramos la emoción.
Entre todas estas líneas también hay muchos ojos lectores escondidos. Gracias a todas estas personas que entran y me miran, aunque no sea directamente a los ojos, la vista puede llegar a ser relativa, vuestros puntos de vista no.
Entre todas estas líneas hay conversaciones añadidas. Me alegra que mis palabras den lugar a cafés y den pie a comentarios desde el respeto a modo de crítica. Me enamora haber creado sonrisas, llantos de alegría y abrazos verdaderos. También me enorgullece saber que hay a quien le chifla criticar este blog, esto demuestra que efectivamente estamos en una sociedad con libertad de expresión.
Y ahora, después de haber soplado la primera vela anuncio que seguiré aquí, dando frases encajadas y desencajadas que de algún modo son la guinda decorativa de mi día a día.

miércoles, 6 de febrero de 2008

It's never over

Duró una caricia en su mejilla, una lágrima en sus ojos, un recuerdo en su memoria y una espina en el corazón. Son cuatro páginas de un calendario, son ciento veinte noches de frío y huellas de dolor. Son viajes de ida y vuelta sin aviso y sin pasión, son las vueltas de este mundo que nos aleja de lo que un día llegó. Son las cuerdas de una guitarra que ya no tiene sonido, son esas canciones de amor que vacilaban entre la luz tenue de una habitación. Son las cartas del verano, de cuando existía nuestro corazón. Son cuatro jaque mates que eclipsan el día de hoy. Son las telarañas de una historia que nunca resucitó. Es un libro que descansa bajo el brazo de alguien que sabe de mucho pero no tiene ni idea de cómo esconder según que emoción.

miércoles, 30 de enero de 2008

Bienvenida

Borrón no pero cuenta nueva sí. Lo digo porque he acabado todas las balas de una época. Ya se lo dije, busquemos cambios que hacen crecer y a mi, mejorar. Hay quien dice que esto de proponerse cambiar es una chorrada para ilusos ignorantes. Tal vez sí, no sabes lo poco que me importa ser una ilusa ignorante si es para ser más feliz. Y es que yo sí busco la felicidad por partes porque aporta grandes sonrisas que renuevan días, temporadas y refrescan el alma.
Ya lo escribí una vez, las etapas de mi vida se marcan por cuando me llegan paquetes llenos de novedad. Últimamente, no sabes como tengo de lleno el buzón. No digo el buzón de cartas, sino el de mi persona. El que asimila que el calendario guarda en su interior viejas caras, viejas músicas, viejos paseos y viejas emociones. El que se da cuenta de que estoy caminando hacia delante y no hacia atrás (afortunadamente).

martes, 29 de enero de 2008

I found a reason - Cat Power

Oh I do believe
In all the things you say


What comes is better than what came before


And youd better come come, come come to me
Better come come, come come to me
Better run, run run, run run to me
Better come

Oh I do believe
In all the things you say


What comes is better than what came before


And you'd better run run, run run to me
Better run, run run, run run to me
Better come, come come, come come to me
You'd better run



( nunca es demasiado tarde para querer escuchar lo que dice esta canción... )

Soñar es gratis

Soñar es gratis y esto hay que explotarlo. Hemos dibujado previsiones de futuro encandiladoras que no te lo crees. Aún queda curso y medio para meternos en embolados australianos pero ya te digo que esto de prepararlo todo dos años antes es bonitura cosa mala. Hemos jurado que si finalmente logramos el año en Sydney, cuando estemos las dos sentadas en el avión, vamos a hacer unos brindis por todo lo sucedido hasta entonces y por la de cambios que se van a cocer (a fuego lento). Entonces, mirando los apuntes de tele, ha salido lo de las bandas sonoras y preciosidades similares. Ya lo hemos paliqueado mil veces pero…¡que bonito sería que apareciera musiquilla en según que momentos! Ya que realmente esto no acostumbra a suceder por arte de magia (me encanta esto de “arte de magia”), pues hay que acostumbrarse y darle al play para que suenen sintonías que hacen los momentos más memorables. Ya se sabe, la música es la diosa más poderosa..

viernes, 18 de enero de 2008

La luz de lo que no dura mas que un vistazo

John Berger en su artículo “El tamaño de una bolsa” escribió joyas como “Todas las fotos tienen una luz especial, una luz determinada por el momento del día o la estación (…) Es una luz en la que no hay permanencia; la luz de lo que no dura más que un vistazo. Esta luz es otra llave que también abre la cancela”.
Después de leer esta frase y subrayarla para guardarla en mi libreta de frases acertadísimas, me paré a pensar. La luz de lo que no dura más que un vistazo, dice. Como tantas cosas en esta vida que solo se quedan en nuestra retina un par de segundos, lo que dura un abrir y un cerrar de ojos. Como todos esos pensamientos que vienen dados por una situación concreta y luego se pierden en la inmensidad de nuestras mentes llenas de retales de tantas cosas y vacías de monumentos de valor. Y efectivamente, lo que no dura más que un vistazo es llave para abrir cancelas. La cancela de la reflexión. Una reflexión que critica la velocidad de nuestras miradas y nuestras cabezas, de la vida en general. Es una pena que no seamos todos sumamente curiosos y que no nos brindemos a nosotros mismos la oportunidad de disfrutarlo todo. Porque cuando, como ahora, yo leo “la poca permanencia de lo que no dura más que un vistazo” me vienen ganas de comerme el mundo. No a modo de ambición, sino a modo de disfrute de la vida. Salir a la calle y no mirar solo adelante sino también levantar la cabeza y darme cuenta de cómo es la arquitectura en la parte más alta de cada edificio. De sentarme en un parque del Raval y ver la mezcla internacional que pasea por una misma ciudad y por un mismo suelo. Me entran ganas de ir otra vez a la exposición de Fotoperiodismo en las ramblas y mirar cada foto cuatro veces por lo menos. Y ver que esa luz que pasa desapercibida para tantos, no lo pasa hoy para mi. Porque la ignorancia de no haberla valorado la primera vez, me ha enseñado a valorarla hoy. Ha abierto la cancela de mis ganas y me ha regalado un surtido de curiosidad de lo más amplio.
A veces, como dice el mismo John Berger, hay instantes que son breves como fotografías. Pero nuestros recuerdos los podemos hacer eternos. Así pues, anclemos los instantes breves como fotografías en nuestra memoria. Así, llegarán de manera veloz y tal vez, fugaz pero nunca zarparán, nunca se desvanecerán.

sábado, 12 de enero de 2008

Caja de recuerdos (II)

Me han preguntado si ya no abro la caja del recoveco y he dicho que no. Me han preguntado el por qué con lo bonito que era cuando contaba lo de postales de antaño, de servilletas de bar plagadas de poesía difusa y de fotos de momentazos para la eternidad. Yo no he sabido muy bien qué contestar. Y es que no abro la caja de los recuerdos porque no me acuerdo de ella y esto es buena señal. Cuando vuelvo a casa tengo ganas de sofá familiar y de cenas amistosas que existen hoy. Lo de volver al pasado a base de recortes de años pasados como que últimamente no me dice nada. Eso sí, hace un par de semanas leí páginas y páginas de cuando empecé a escribir, hará ahora unos cinco, seis años. Me quedé acojonada de lo bonito y de lo bien que escribía y así, haciendo comparación inevitable con lo que chapurreo hoy me sentí paquete. Se lo comenté a un amigo y me dijo que lo de ahora no es ni mejor ni peor. Que yo pegué un cambió interior que no te lo crees y que no se lo negase porque cuantas bocas lo afirman. Y que por este motivo también mi forma de escribir ha cambiado. Que antes pegaba volteretas con prosa poética y que hoy pego brincos insospechados porque hablo de mi realidad (que tiene tela, añadió). Dijo que a medida que vamos creciendo los rasgos de la vida endurecen y una se da cuenta y les saca punta. Que antes, cuando iba con la falda del uniforme y los calcetines por encima de las rodillas vivía en una nube y por la edad y por la tontería no me enteraba de la mitad. Y qué razón. Antes escribía párrafos que encajaban perfectos y hasta olían a música cuando eran leídos. Ahora me he infectado un poco del oficio del periodista y me he metido de lleno en el charco de la vida real. Por una parte echo de menos la poesía que por ley de vida es preciosa pero por otra parte, me gusta lo de ahora. Porque son frases bien o mal montadas adrede que como un amigo me dijo un día, para entenderlas, hay que dejarlas bajar por un tobogán. Pero son retales de un cada día donde suceden monerías y putadas y por suerte, aquí estamos para hablar de ellas. Y es por esto que la caja se queda cerrada por un tiempo más. Porque últimamente estoy feliz y estoy contenta y estoy con ganas de vivir la presente realidad. De los pellizcos del pasado seguro que volveré a hablar, pero ahora se quedan de vacaciones que a mi cabeza, como a todas, un descanso no le sienta nada mal.

jueves, 10 de enero de 2008

Lo que cabe en un flash mental

En la avenida de la estrella polar eran preciosos los besos, cantaste. Me acuerdo que te miré con ojos de sonrisa porque hiciste flashback de un secreto que de bonito impactaría a cualquiera. Luego te dije que it’s like a circle, there’s no start and no end porque va de nada y va de todo y ya es pan diario muy asumido. Es lo que pasa cuando te dejas llevar por la fragilidad. Caes en un bucle de sentimientos y emociones que pisan más fuerte que tú. Según cuando, sería algo peligroso porque significaría metralleta para el corazón, pero esto va de otra cosa, mariposa. Porque aquí hablamos de besos que se dan desde la mirada y que no tocan al corazón, sino que a la memoria y al recuerdo. Y ahí se quedan, porque los días pasan y arrastran todo aquello que realmente no se quiera quedar. Y nosotros, quisimos irnos. Para estar más cerca. Y aquí nos tienes. Aunque no lo sepas.
Esto es una descripción incompleta de una imagen congelada.

martes, 8 de enero de 2008

De los 20 a los 30

Cuando volvíamos a casa hemos empezado a hablar y ha salido que durante este año vamos a entrar a los veinte años y vamos a dejar de ser teenagers. Va a empezar una nueva década en la que todo va a ser más decisivo que ahora y en la que el futuro de nuestro parasiempre va empezarse a contornear.
Hemos dibujado un poco el esquema de lo que va a ofrecer esta nueva década y la verdad es que crea curiosidad y según como, un poquito de miedo. Dentro de este periodo, que para mi llegará dentro de ocho meses, vamos a ser periodistas. Haremos alguno que otro master, cada uno le va a dar significado a la carrera de una forma distinta. Vamos a empezar a trabajar, tendremos jefes, trabajo que no deberes y en principio, ningún examen ni ninguna nota más. Tendremos nuestros primeros sueldos, hay quien ha dicho que, a lo mejor, los tendremos que invertir en hipotecas, yo digo que me los gastaré en viajar. Veremos más países, más ciudades y más rincones que, nuevamente, nos harán querer visitar toda la tierra aún muchísimo más. Vamos a ver innovaciones en la ciencia y afortunadamente, algunas desgracias de hoy, hasta se podrán curar. Veremos cómo siguen creciendo nuestros hermanos y cómo nuestros padres no se creen lo rápido que hemos crecido y que ya estemos tan adentro de nuestra propia vida. Habrá gente nueva, amigos para grandes amistades que ahora mismo ni sabemos que existen, nuevos enemigos que pondrán baches en nuestro camino pero al menos así lo harán más entretenido. Seguramente tendremos un número alto de ligues y como alguno ha comentado, quizás entre en acción el amor de nuestra vida o quien sabe, tal vez no. A lo mejor alguno de nosotros se casa, tirándome a palabras muy mayores, quizás alguna tiene hijos. Veremos muchos nuevos presidentes que siguen dándole caña a esto de la política, nuevas caras en las teles, nuevas voces en las radios, nuevas estrellas de las que hablar, nuevas películas que nos harán reír, llorar, soñar. Otras canciones que marcarán etapas y que pasaran al álbum de músicas de nuestra historia. Habrá nuevas modas, zapatos preciosos y agradables de ver y de tener, de bolsos de grandes firmas que quizás aún ni existen. A lo mejor, iremos a vivir lejos unos de otros, a hablar otros idiomas, a cuajar con otras culturas y a seguir creciendo, viendo, hablando, callando, en fin, a seguir viviendo.
Habrá sorpresas laborales, personales, emocionales y terrenales. Habrá nuevas canciones lentas que solo están hechas para bailar dos, habrá muchos soles, muchas nubes, mucha tormenta, frío y calor. Habrá nueva gente que entre en nuestro corazón, lo querrán, lo adorarán, lo cuidarán aunque seguramente también nos lo romperán. Habrá nuevos secretos para nunca contar, mentiras que se crean porque este mundo es así de peculiar. Quizás habrá amantes furtivos, novios aburridos o amigos que nunca han dejado de llevarte en su corazón. Seguirá estando ahí mucha gente de la de siempre, que a pesar de vivir en un mundo lleno de continuas novedades siempre nos quedamos con alguna que otra tradición. Haremos el amor por amor y por vicio, quizás empecemos alguna pequeña guerra que esperemos que acabe en paz. Haremos las maletas una y otra vez, porque como he dicho al principio, será la década de otro inicio importante. Serán los años de cambiar mucho de ropa, porque los pensamientos van a evolucionar como nunca hasta hoy, porque nuestro físico también se va a hacer mayor, porque cambiaremos de rutinas una y otra vez, porque el futuro es sorprendente y porque esto del paso del tiempo es algo bonito, porque es sinónimo de vida y porque te lo digo yo.

domingo, 6 de enero de 2008

Volver a empezar, otra vez

Estaba yo con dos visitas hermosas desde Paris y Venecia hablando sobre la vida y sobre como crear emoción, cuando se acercó un desconocido y empezó a hablar con ellas dos. Yo le dije: “son de fuera, no le entienden” y me dijo: “si lo hacen, la gente se entiende por las sonrisas y por el corazón”. Me gustó esta frase que no te lo crees porque aparte de preciosa es afortunadamente verdad y alegra la vida de quien la sepa entender.
Hace unos días que la vida es de color rosa porque ahora es la calma después de la tormenta. Yo siempre me doy auto esperanzas con esto, cuando la vida tiene época de darme codazos, me armo de calma y pienso cuales serán las gratas sorpresas que llegarán después. Ha llegado un momento que he aprendido a ser optimista y la vida es mucho más llevadera cuando subestimas las penas y dejas que se abran tus ojos para aprovechar y disfrutar de tu alrededor. Sólo así hay sorpresas a diario porque hasta lo más minúsculo no pasa desapercibido.
Con todas estas reflexiones, mañana empieza la rutina otra vez. Lo llamo rutina porque vienen horas de apuntes y biblioteca aunque nos lo vamos a tomar con calma porque, al fin y al cabo, nos hemos montado un viaje-regalo para después.
Yo aviso que vuelvo con la misma fachada de siempre pero con enfoques nuevos que a lo mejor hasta van a sorprender. Te digo que he batido record de soltería y que finalmente me he acostumbrado a ello y todo el mundo dice que me sienta tan bien. A partir de ahora que nadie me hable de nudos entre personas porque no los quiero ni ver, una ha estado pensando y se da cuenta de que ahora está mejor que bien. Yo creo que necesitaba pasar un rato largo sola para conocerme y qué quieres que te diga, a partir de ahora, hasta que alguien no me sorprenda cosa mala no abro ninguna puerta porque estoy harta de que mi vida sentimental tenga tantos huéspedes como un hotel.
Tengo muchas ganas de subis por amistad, de pasear por Barcelona y de conocer. De cantar en tu coche la de Beatles y reírnos porque tú ahora eres dos, yo soy sólo una pero, como siempre, somos las tres.

miércoles, 2 de enero de 2008

Paliqueo de relaciones

Hace tres o cuatro días, cenando y con botellas de tinto abiertas, hablamos de relaciones en general y en particular. Resulta que todos los que estábamos dándole al tema estamos solteros y todos nos damos una excusa diferente.
Uno explicó que los amores pasados a veces queman y entonces uno no se atreve, de nuevo, a tirarse de cabeza por miedo a ahogarse. Dijo que el mejor antídoto para eso era no dejar que nadie le llegase al corazón. El de su lado, le soltó una mirada de las que mata por el motivo “con la morena erais de diez y vas tú y puerta”. “Vigila no juegues, tío, que las buenas llegan en contagotas y luego me vendrás a llorar, que ya te tengo calado”, le dijo. El lado femenino de la mesa flipó con la mente masculina y se sorprendió porque últimamente va de gente de hielo el tema, y ya aborrece mogollón. Así que la más rubia cambió de tercio y empezó a meterle caña a los maromos que nos hacen bailar la cabeza a nosotras. Ella es de historias bonitas igual que yo, aunque ahora está en horas bajas y ya no le da envidia que otros sí tengan un amor. Además, estos días aquí hacen que alguna cara se meta de nuevo en su cabeza y baile a dos aguas, quiera o no. Por esto ahora dice que los don juanes son su punto débil y alguien le respondió que ya se los regalaba todos de un tirón. Que como dijo otro antes, los buenos llegan en contagotas y los donjuanes son de una raza que mola un día pero dos ya no. La soltera por excelencia de la mesa dijo que ella era la veterana en eso y que el secreto de la soltería era no perder la razón. Que si empiezas a volar de flor en flor pierdes el norte y que si te enamoras pierdes el título de libertad sentimental. Yo le dije que siempre hay alguien en la cabeza de uno y como dije una vez, si me lo negaba, me estaría mintiendo. Ella me soltó que claro que siempre hay alguien, y esos son los ex. Yo me eché a reír porque ahora entiendo tanto ir y volver a su pasado sentimental pero me pareció un método de distracción mentalsentimental bien válido. Entonces, en este momento de la conversación, se produjo un instante de miradas tensas de punta a punta de la mesa. Los que cruzaron miradas felinas fueron la guapa soltera que piensa en sus ex para distraerse y el chico del principio quemado por una ex. El motivo del enfrentamiento visual: fueron pareja y ahora son estos ex. Los demás, por inercia, cogimos nuestras copas, hicimos un buen trago y por supuesto, zanjamos el tema. Visto el ambiente caldeado que se había creado abrimos otro tema y claro, nos salió el calentamiento global.

martes, 1 de enero de 2008

2008: entras por la puerta grande

Estoy de un feliz contagioso que me tiene pletórica porque no podría haber entrado en este nuevo año con mejor pie. Ayer fue el fin de año de nuestras vidas, fue de un estupendo que da gusto y que hoy nos ha hecho sonreír.
La cena de chicas es uno de los básicos de cada año y que da un gran subi de felicidad. Te lo digo porque estamos todas y a la que nos descontamos de copas y aparecen las pruebas para que te den el regalo del amigo invisible eso ya se convierte en un espectáculo digno de inmortalizar.
A pesar del colapso de redes también hubo el obligatorio momento de hacer un commenting de lo enviado y de lo recibido. A mi esto me mola porque puedo currarme mensaje bonitura y recibir monerías (e ironías) varias que llegan al corazón y provocan (son)risas.
Después de retoques de maquillaje, discursos con sabor a alcohol y mucho brindis ya en el bolsillo nos mudamos a la disco con ansia de farra. ¡Y vaya señora farra! Yo con el vestido me lo monté de perlas porque me olvidé de que iba recatada y puse la directa para que el año empezase con un gran festival. Todos debimos pensar lo mismo porque ayer fueron momentazos sin parar y hasta las siete que nos cerraron el tinglado no dejamos de bailar. Cerraron sesión con una de “corazón partío” que no viene a cuento ni a la de tres pero es la excusa para bailar agarrado e irte a casa así medio sentimental. Aquí omito una parte de la noche que quienes la vivieron ya saben que fue un espectáculo en directo que de tanta risa hasta hace llorar y a este apartado ya le metemos el punto porque hay cosas que no se deben contar.
Hoy me he levantado con unas ganas de 2008 que no te las crees. Supongo que es por el hecho de que año nuevo, vida nueva y yo más o menos siempre me lo aplico porque me sienta bien.
Es el primer año que me he hecho propósitos de año nuevo, no por nada, sino porque antes pedía deseos y ahora los deseos voy a intentar que se hagan realidades. No te los voy a contar todos porque me guardo alguno para mí pero te digo que quiero dejar de pitillear, que quiero volverme a enamorar y que tengo ganas de poner los puntos sobre algunas “ies”.