miércoles, 10 de diciembre de 2008

Las palabras se las lleva el agua

Todas las hojas de esa libreta deshojada cayeron en el agua. La tinta desvaneció las palabras y todo lo que tenía sentido quedó incomprensible. El agua limpia a la par que borra, igual que el corazón siente a la par que esconde. Y escondieron en el recuerdo todo lo que perdieron cuando las gotas hicieron naufragar las palabras de ese papel. Es entonces cuando se dieron cuenta de que nada está escrito y que aunque aparentemente lo parezca, quizás tiene fecha de caducidad. Una caducidad reducida a la realidad. La caducidad de los indicios, de las pruebas, de la materialización de lo que llegaron a pensar. Pero el pensamiento es la extensión de la realidad, y es ahí donde guardamos todo lo que no está escrito para salvar, de algún modo, el sentido que le dimos y le damos a nuestra verdad.

1 comentario:

Aiats dijo...

I per això mateix tenim un blog, per no perdre el que escrivim!
Muac!