martes, 31 de marzo de 2009

Escena de pura ilusón

Me perdí entre los rosales cuando el alba nació impaciente. La arena aún estaba húmeda por su coqueteo con el mar y las gaviotas entendían que volar bajo sólo era seguro en aquellas horas despejadas. La playa latía silenciosa y ese mar seductor murmuraba bruma. El oleaje era como un suspiro profundo lleno de peces invisibles por el cristal que, como ilusión, vestía a esa mar. Una mar que inspiraba a escribir poesía de agosto en aquellos tiempos del primer amor. No era un escenario idílico aunque sí encandilador. Fumé un cigarrillo soltando el humo hasta que quedaba distorsionado por esa bruma tan efímera aunque repetida. Y no hice nada más. Solo descalcé mis pies y caminé siguiendo las huellas de las que algún extraño se despojó, esas huellas habían superado las horas y el venir y volver del agua en la costa, algo especial deberían de tener. Y, efectivamente, tenían un secreto. Si las seguías vigilando con las espinas que mostraban los rosales desnudos llegabas al faro. Un faro cerrado al que no se podía acceder aunque tenía unas rocas cual mejor terraza en primera línea de mar. Y ahí me quedé horas y horas, escribiendo emotividades descontroladas que palpitaban al son de mi corazón. Una lástima que todo esto sea solo un giro de mi imaginación. Los rosales rosa fucsia en medio de una playa y su mar, que belleza resultaría. Será el verano que se acerca a paso lento, deseo que acabe por llegar.

martes, 17 de marzo de 2009

Mi Lisboa favorita

Quería volver. Volví.
Las calles del fado se asoman decadentes entre subidas y bajadas cuales vidas como montañas rusas. Y la melancolía arropa cada balcón que enseña los colores de las ropas recién lavadas. Y las plazas respiran el cielo que enseña un sol precoz y me envuelve de tranquilidad. Y os veo a los tres cenando a mi lado y me doy cuenta de que no podría pedir más. Que bueno teneros tan cerca, sois mi círculo de complicidad. Marta has destapado la caja de la sorpresa y me has encantado de verdad. Me he guardado en el recuerdo y en el sentimiento todas la frases que te han salido como tinta del corazón. Y me he guardado todos tus abrazos en un bote de amistad que te juro, me dispongo a llenar. Y sé que has sido muy feliz, no sabes lo que daría para quedarme en esa terracita con sabor a vino blanco que nos creó un paraíso ambientado por lo mejor de Chambao. Y también me ha encantado ver como compartías carcajadas con Mercedes. Mi más fiel amistad. Siempre nos sobran las palabras y nunca nos falta esa eterna confianza que es la crónica anunciada de un éxito inmortal. No te crees lo feliz que fui viéndote el sábado por la noche olvidándote de la rutina y disfrutando sin parar. Y ya sabes que me gusta que estés cerca de mi M de Felicidad. Esa que volví a encontrar como respuesta a la más sincera necesidad. Hay sentimientos que duermen con un ojo abierto y sueñan hasta que se hacen realidad. La complicidad, la confianza y la sinceridad. Estos tres días han sido los más felices de mis últimos años. No me creo tanta felicidad. Quizás no os la he mostrado lo suficiente, noto que he vivido este viaje como una espectadora. No he querido llenar con mis palabras los momentos que vosotros brindabais. Me ha invadido la absoluta tranquilidad, habéis creado mi mejor bienestar. Gracias. La Lisboa más nostálgica me la guardo como un recuerdo del pasado, ahora me quedo con esta Lisboa que yo misma he reinventado, eres un escenario digno de adorar.
Quiero volver. Volveré.

domingo, 1 de marzo de 2009

Arte

Hicimos poesía como quien cose palabras entre las perlas de un collar. Fue una joya.