miércoles, 28 de febrero de 2007

Pro ironia

Estuvimos hablando de la ironía y de los sarcasmos de la vida y creo que un ser irónico es un ser inteligente. Para ejercer y entender esta tan magnífica labor es necesario tener cientos de conexiones mentales (me lo invento) que te permitan captar a velocidades insospechadas relaciones sin pizca de literalidad. Y esto a mi me va. Me gustan este tipo de traducciones instantáneas porque dan un poco de caña a cualquier asunto y sino que se lo pregunten al Dr. House. Creo, igual que muchos, que tomarse la vida con dosis diarias de ironía no está nada mal porque fortalece bastante y hasta aprendes. Por una parte, porque a veces las palabras irónicas que te sueltan son un mamporrazo tal que sino aguantas el guantazo y aprendes a responder tienes que cerrar el chiringuito a la de ya. Por otra parte, porque hay quien ya sabe mucho del juego y con sus sentencias hasta puede hacerte reflexionar. Por mi parte, también lo relaciono bastante con lo de reírse, no de los demás (que esto lo sabemos hacer todos) sino de descojonarse de uno mismo. Cuando ironizas tu propia vida acabas tomándotela con bastante más filosofía y esto lo debería hacer todo el mundo porque sino, al final, esto va a parecer el mundial “rocanrol” de los idiotas.

lunes, 26 de febrero de 2007

Marisol

Ay Marisol, veo que no quieres una vida de plasticurri, de esas que donde va Vicente va la gente. Que esperas ser una diosa camaleónica y tener el mundo debajo de tus viajantes tacones. Que las calles por donde pases sean alfombras rojas y focos blanquísimos que parezcas ser una aparición. Buscas chulear por ahí con unos vaporosos vestidos de Oscar de la Renta y brillar hasta petar con diamantes perfectísimamente cortados (y afilados por si las moscas). Quieres hacer anuncios de tela marinera y posar para Vogue súper divina. Con tu ultra morena melena y tus verdes ojos deseas encandilar a cualquiera. Pides novios a media jornada (y con recortes) que sean medio sapos medio príncipes y así vas un poco de progre y te sientes bien o algo por el estilo. Quieres casitas en cada puerto y dulces sábanas blancas que te aguanten horas y horas.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Carnaval, carnaval

Ayer fuimos a Sitges con labios rojos. Nosotras estábamos en los 70 y a oscuras porque en nuestro percatadísimo atuendo también había gafas de sol para rato. Bailamos en la arena, en las calles y en una discoteca donde no había chicos guapos. Un poco en otra onda, hablamos en mejicano, alemán y hasta italiano ( y ahí lo dejo). Después de la movida nocturna que supone esto del carnaval nos fuimos a casa colándonos por todos lados y la jugada en general nos salió de perlas.

lunes, 19 de febrero de 2007

Audio: River flows in you

Esta canción es increíble, creo que me gustaría como banda sonora de mi vida. Él me dijo que no pero yo creo que es tan agridulce que engancha a todo aquel que desee creerse poeta y ame sus recuerdos. Es una receta musical mágica que engancha a cualquier soñador.
Alguien dijo que las canciones son salvavidas y estuve de acuerdo. Cada memoria se teje entre notas y es que cada época, momento o periodo de cualquier vida tiene audio. Cuando oigo este piano muchas cosas de antes se vuelven a ver, y me acuerdo de San Diego en el verano del amor, de la foto sepia de cuando era pequeña, de reencuentros en Venecia, del abrazo de mi padre hace un par de días, de todas aquellas novedades que ya están viejísimas, de tantos proyectos en espera y sobretodo, del almacén de fotos que todo humano debería construir para revivir la felicidad.
Sonrío ahora dándome cuenta con lo dicho que yo también soy feliz con poquita cosa y, aunque ya lo supiese, ahora me lo quería repetir.
Supongo que deberíamos ser todos más descarados al buscar el positivismo. A veces, me parece que el mundo se ha prometido ser mi rival y tonta de mi me pregunto qué debería hacer. No me doy cuenta que es tan fácil como exprimirme un poco a mi misma y con lo que saque prepararme un explosivo cocktail de vida y así una vez y otra. Llegará un día que estaré tan felizmente borracha de mi vida que a lo mejor, hasta la compartiré.

domingo, 18 de febrero de 2007

"Standby"

Me gusta una canción que dice que “te enseñaré a decir te quiero sin hablar” pero ahora me da bastante palo porque no estoy enamorada y es letra pastelón. Pero bueno, era la excusa para comunicar mi pasotismo en el amor.
No sé que coño ha pasado que sin pena ni gloria me he esfumado del panorama de las relaciones y anda que no me gusta estar más sola que la una. Antes me pasaba la vida dándole al corazón y creo que se me gastó un poquitín y me he cansado. No digo que no quiera dejarme querer pero estoy en lo que se llama estado “standby” y creo que va para largo (que no eterno).

viernes, 16 de febrero de 2007

Me ha tocado la lotería

Este año me ha cambiado la vida y me gusta. Tengo gente nueva a borbotones que han entrado por la puerta grande y algunos me hacen bastantebastante feliz. Sin más, hemos cruzado vidas y vaya clan hemos montado. Nos gusta pegarnos subis en cualquier rincón, hacer cafelotes con cotilleos varios y hasta Praga (y más allá). También nos mola la fiebre post-it, hablar de trapitos y a nosotros dos, Carrie Bradshaw. Hay algunas que tienen nombre repe y se hacen fotos con la excusa, una pelirroja natural, una que nos dejó pero aún está y también otra que ayer nos vino de patadegallo y estaba monísima. A veces, somos un poco bordes (porque bastante chulos), y otras estamos telita de colgados (porque semi-periodistas), el equilibrio no es nuestro fuerte (porque no nos da la gana).
A veces también estudiamos pero como ahora “cerrado por vacaciones” mejor paso de esta parte. Nos chiflan las fiestas molonas que nos montamos y el sansu (sangría con sunnydelight). Nos va lo de buscar guapérrimos bien trabajados que quiten el hipo y alguna cazó un maromo de éstos ayer noche (y no miro a nadie). Hay un par (véase tres más por la noche) que gastan en vicio y les hace un poco de tilín un profe.
Pues eso, ya veis, este año me ha tocado esta lotería y aquí estoy, encantadísima.

miércoles, 14 de febrero de 2007

La pasta puede ayudar

Hay quienes dan, dan sin más para retar su propio egoísmo, son los simuladores oficiales del humano-fachada, especie, desgraciadamente, en bajísimo peligro de extinción. Se trata de un exquisito séquito de impetuosos generosos que se autopromocionan para engrandecerse en esta tan ¿inocente? sociedad…Anda ya, ¡si hasta siendo yo miope lo veo!
La clase acaparadora más radical se limita a callar y guardar. Al más puro estilo ratilla hibernando, se protegen de cualquier mano que les pueda pedir limosna e interrogan día tras día su preciada caja de ahorros…ante la duda, ya se sabe tú, análisis minucioso.
También hay los que solo prestan, no vaya ser que un “Santa Rita, Rita lo que se da no se quita” les deje al descubierto y entonces sean ellos los endeudados. Si es que ya en tiempos de Eva se marcaba uno su territorio; antes era pecado más su debida penitencia, ahora son tribunales y como no, más dinero.
Por contrapartida, hay quienes regalan. Sin IVA, entregan pequeñas o grandes dosis de apoyo sin espera de recibo y apego por sumarse al grato círculo de muy necesarios ayudantes. Afortunadamente, la vena benéfica sigue en expansión y gracias a su eficacia, son muchos los países en que ya hay una constante cooperación. Aún así, ¿con la gran cantidad de carne que sigue desnuda que diablos hacemos?
Claro, que de la pizca de sentimentalismo no se libra nadie y es comprensible que cuando uno se pegue al televisor y pille una gala benéfica o algo de eso que hacen por el estilo, se enternezca y le explote la afamada necesidad de ayudar al momento. Pero no seamos ilusos, hombre, el movimiento se demuestra andando y el camino nunca es tan corto. Menos compasiones instantáneas y más consciencia en las ayudas.

Un capitulo de mi vida

Era agosto, tenía catorce años, estaba sola en la terraza de la playa, sentada en aquella silla blanca que ya no está. Las luces de casa las había apagado papá con sus “buenas noches” y yo me quedé atrapada en un camisón de hilo blanco, con una vela, varias hojas en blanco y un bolígrafo de tinta lila. Sin motivo alguno quería escribir. Cuando empecé a pensar que era necesario lo de la inspiración, miré delante de mi y vi los instantes más conmovedores de mis días. Tuve suerte, la playa de mi vida sola para mi. Toda la intensidad de mis veranos en forma de gratuito recuerdo. La ilusión de los castillos de arena que hacíamos con Blanca, los paseos con mis amigas por la orilla, la rivalidad que buscaba con las olas cuando el mar enfurecía, las carcajadas que soltaba cuando mi madre me decía: “¡payasa!”, los largos ratos de sol en la toalla y sobretodo, la locura que siempre se me contagia con el calor, que abochorna pero embelesa. Después de éste fugaz pero, por un momento, eterno flash back, pensé que era afortunada, en amores y en el juego. En amores porque esa playa desde entonces ha sido mi más fiel y atenta amante, la que siempre me espera y nunca me rechaza. En el juego porque, aquella noche, me desveló la estrategia para saber que junto a ella podía ganar felicidad a ratos, que ya es mucho. Me gustó darme cuenta de que en medio de tantísimo silencio y en cuestión de escasos minutos conecté con aquel magnífico escenario, me enamoré de él, pensé que ya le conocía de siempre pero que ahora era especial, reviví más de muchos momentos, sonreí a solas, cerré los ojos ya que alguien dijo que “si no cierras bien los ojos muchas cosas no se ven” y entonces, lo condensé todo y lo solté en un papel. Desde entonces, puedo decir que yo también tengo un vicio, escribir.