miércoles, 14 de febrero de 2007

La pasta puede ayudar

Hay quienes dan, dan sin más para retar su propio egoísmo, son los simuladores oficiales del humano-fachada, especie, desgraciadamente, en bajísimo peligro de extinción. Se trata de un exquisito séquito de impetuosos generosos que se autopromocionan para engrandecerse en esta tan ¿inocente? sociedad…Anda ya, ¡si hasta siendo yo miope lo veo!
La clase acaparadora más radical se limita a callar y guardar. Al más puro estilo ratilla hibernando, se protegen de cualquier mano que les pueda pedir limosna e interrogan día tras día su preciada caja de ahorros…ante la duda, ya se sabe tú, análisis minucioso.
También hay los que solo prestan, no vaya ser que un “Santa Rita, Rita lo que se da no se quita” les deje al descubierto y entonces sean ellos los endeudados. Si es que ya en tiempos de Eva se marcaba uno su territorio; antes era pecado más su debida penitencia, ahora son tribunales y como no, más dinero.
Por contrapartida, hay quienes regalan. Sin IVA, entregan pequeñas o grandes dosis de apoyo sin espera de recibo y apego por sumarse al grato círculo de muy necesarios ayudantes. Afortunadamente, la vena benéfica sigue en expansión y gracias a su eficacia, son muchos los países en que ya hay una constante cooperación. Aún así, ¿con la gran cantidad de carne que sigue desnuda que diablos hacemos?
Claro, que de la pizca de sentimentalismo no se libra nadie y es comprensible que cuando uno se pegue al televisor y pille una gala benéfica o algo de eso que hacen por el estilo, se enternezca y le explote la afamada necesidad de ayudar al momento. Pero no seamos ilusos, hombre, el movimiento se demuestra andando y el camino nunca es tan corto. Menos compasiones instantáneas y más consciencia en las ayudas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ajuda'm, parla'm en català.
Ganes de llegirte tal com penses.

Anónimo dijo...

Trankil·la ke per la llengua no et preocupis ;P