martes, 5 de agosto de 2008

Egiptología

Egipto está invadido por una línea horizontal que describe diferencias. Abajo están las vías laberínticas sin asfaltar que inundaban de arena nuestros ojos avispados abiertos como platillos para admirar. Está la muchedumbre humana que reside en el Cairo y el caótico descontrol de tráfico que sorprende cada vez más. Abajo está la pobreza y la extrema pobreza que consiguen reanudar sus días vendiendo hasta su humilde sonrisa. Están los hombres y están las mujeres, por separado, sin pizca de igualdad. Ellos mandan y gobiernan y deciden y hasta se atreven. Ellas callan, se esconden detrás de pañuelos y burkas opulentos que se reducen a su seña de identidad. Están las playas de Alejandría plagadas de sombrillas naranjas y de gente vestida en el agua que se sorprendía de nuestra llegada y sobretodo de nuestro escueto ropaje. Abajo están los mercadillos más espectaculares del mundo donde apuestan tu vida a cambio de vulnerables camellos los cuales, sedientos y sin fuerza, nos paseaban por desiertos infinitos vacilando en cada paso por una rutina vital imposible de cambiar.
Arriba, en cambio, alzando la vista por encima de la línea del horizonte está la absoluta riqueza. Las pirámides monstruosas que protagonizan la historia de una civilización que un día despuntó por su descomunal inteligencia y que ahora, de momento, es incapaz de avanzar.
Los sentimientos acumulados van desde la más honda tristeza hasta el más asqueroso egoísmo. El sentimiento de tristeza se ve en las caras de todos los turistas que se derriten ante los ojos de niños hambrientos que se venderían a cambio de miseria y compañía. El egoísmo se afirma tan solo con mirar el bajísimo nivel de vida, la enorme falta de recursos y sobretodo, con nuestros viajes de vuelta a casa. Estando allí no sólo les ayudaríamos a ellos sino que también a nosotros mismos. Todo lo que tenemos aquí y lo gozamos sin valorar. Todo lo que valoran ellos que vayamos allí y les enseñemos a gozar. En fin, es un pensamiento que hasta que no se pone a prueba nunca se puede dejar de reflexionar. Ha sido una vivencia más para la experiencia y la consciencia. También ha sido una nueva llave que abre puertas en la amistad, ya os lo dije allí, somos un gran equipo Ana, Patri, Marina, Gaby, Alba, Almu, Paty, Mario y Antonio.

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