jueves, 4 de septiembre de 2008

En lo más alto

Hay una montaña a unos veinte minutos de mi mirada que guarda secretos bajo llave. Lo digo sin saberlo seguro pero ya sabes que las suposiciones inyectadas por los ojos son casi ciencia cierta. Si no lo veo no lo creo y verborrea similar que resulta ser muy cierta. El hecho es que cuando cae la tarde y se desnuda la noche veo siluetas en lo alto de la montaña que miran al vacío arrojando interiores y hasta deseos. A mi al principio me extrañaba que se tratase de personas solas. Normalmente estos parajes de la naturaleza apartados del bullicio y dignos de amor compartido se convierten en circos pasionales y derivados. Pero allí no sucede lo mismo. La gente va a hablarle al todo y a la nada en silencio y sin recibir respuesta, supongo. Yo creo que es la excusa perfecta para escucharse a uno mismo y para soltar parrafadas insonoras que se acumulan y nunca se agotan. También creo que algunos van a desear. A enjaular peticiones en burbujas de aire y dejarlas explotar durante la caída para que sucedan.
Yo hace días que tengo la tentación de acercarme. Quizás algún curioso también se dedica a hacer apuestas a costa de mi silueta desiderativa. Aunque por mi parte lo tengo claro, yo le cantaría al vacío: “Don’t bring me wishes of silly dreams”.
Y luego, sin duda, seguiría soñando.

1 comentario:

1Fonso17 dijo...

Sigue en lo mas alto Marta. Almenos no me permitas verte dejar de soñar ni un solo dia...
Nos vemos pronto, por obligación, pero espero compartir grandes risas no obligadas millor veina!
1 beso!