martes, 20 de noviembre de 2007

Marta E.

Yo soy de las típicas que cuando hay viaje con amigas se queda hasta las tantas dándole a la palabra porque tengo comprobado que ahí siempre crece la emoción. Resulta que si tiras el calendario hacia atrás y te paras en Praga nos vas a encontrar a las dos ahí abriendo el corazón. Dijiste palabras semejantes a si tú te tiras yo me tiro y resulta que desde entonces formamos parte de una misma poesía. Una poesía que mejoramos cada día y peca de demasiada emoción. Somos versos imperfectos que alumbran sensación. Te cuento, si tu me cuentas felicidad yo hasta te chillo de alegría, que si me cuentas pena yo te lloro porque pesa y porque somos medio actrices y nos mola hacer el papelón. A mi me enganchan los cafés de cuatro sorbos y eternas palabras que no saben de razón. Cuando hablamos y escuchamos y sabemos que no existe guión. Porque tu solo te quedas con lo verdadero y yo con lo original, que nos vengan con chorradas que ni vamos a escuchar.
Hace unos días estuve mirando fotos de archivo y ni nos reconocí. No porque hayamos cambiado exteriormente sino porque hemos dado saltos insospechados que no imaginé. Tu siempre contabas que los amores se queden dormidos porque a veces duelen y yo te decía: a veces no. Ahora yo me callo porque he perdido un trozo de esa guapura de sensación y porque tu te has pasado a un preamor bonito y veo a venir que vas a vender tu corazón, si lo haces da solo un trocito porque tienes mogollón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias

Ninguna de las dos escribimos para que nos cuestionen ni mucho menos para demostrar. Aún así pienso leerme tu blog con religiosidad.

Un petó live!