sábado, 15 de octubre de 2011

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Era una casa perdida cerca de carreteras y bosques lejanos a todo, el paraje más bonito que he visto jamás y el que menos aproveché. Nunca vi el atardecer ni el amanecer, todo iba a deshora, siempre era demasiado tarde o demasiado temprano para volver ahí. Ahora, que lo describo, hasta siento que no lo viví, pero no fue así. Había ventanas de madera con vistas al sol, aunque desde ahí siempre preferí las horas de luna. Había un armario viejo que olía a cerrado, pero ese cerrado que huele bien, que huele a historia, que huele a hogar, que olía como a verano en la montaña. Y había unas escaleras que casi siempre se quedaban a oscuras. Yo en esas escaleras tengo una imagen de ti, con luz, al final. Y había una chimenea y copas de vino blanco y fotos de cerca y todo a quilómetros lejos. Sabía que sería un bonito recuerdo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso!!

Corbu dijo...

Marti! hola! sóc el Borja de Periodisme! estic estudiant un màster de periodisme digital per la UOC i buscant blogs m'he enrecordat del teu! molt bé!! ja veig que continues escribint regularment!! me n'alegro. jo durant un temps vaig ser fidel lector. gràcies per seguir, ets un bon exemple de tenacitat periodística digital!