martes, 27 de mayo de 2014

Esquinas con sol

En todas las esquinas de los paseos ajenos se ve lo bello de lo que no nos pertenece. No hay tramas traumatizadas por días mediocres porque todo dura la longitud de un vistazo. Y después de esa mirada rápida, se esconden todos esos paraguas pequeños en los que debajo, realmente, sólo cabe uno. Se borran infelices todas esas fechas que sólo uno subraya. Se enfurecen esas olas que nos limpian la tristeza cada vez que nos despojamos en las entrañas del mar. Y, en ninguna de esas esquinas veo yo peceras llenas de cuerpos juntos que se destiñen poco a poco en la pesadez de su contexto. No hay ni sonido, ni ruido y el cielo dibuja, en las cabezas de los amantes desconocidos, un círculo enmascarado de cielo azul y rayos de paz. Un viento envolvente drapea ese aura con un tornado de calma que absorbe aromas florales que de ser escritos serían poesía. Pero todo es así de efímero, no sé qué dosis de fugacidad hay en la realidad.

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