El tiempo es inamovible a pesar de la prisa y
de la calma. Voy perdiendo la nostalgia con los años, en el pasado ya no
encuentro un momento mejor. He confundido la felicidad con la mierda tantas
veces como camas mal compartidas. Cuando todo empezó a torcerse yo abracé las
curvas, hasta aquí.
Ahora llega la brecha del invierno en la que
se abre un año y se apagan las brasas del anterior.
El agua invade mis oídos como anestesia para
mi cabeza y sólo oigo el sonido de la bañera llena cubriendo mi cuerpo entero.
Estoy conmigo y luego, siento el alrededor.
Pero si acercas tu mano, sólo si tú decides acercar tu mano, mi piel se podría
convertir en un manto vulnerable de reacciones expansivas por primera vez, otra
vez.
Las veces, a pesar de ser tiempo, no son inamovibles.