domingo, 27 de mayo de 2007

De amor

Nos hemos tumbado boca arriba y hemos balbuceado palabras como amor, sentir, querer, enamorarse. Me ha afirmado que es posible enamorarse en cuatro días y me he acordado que los padres de una amiga cuentan así su historia de amor. Hemos apostado cosillas tipo una caña si te casas antes que yo. Ya se lo he dicho, espera sentada, guapa. Nos ha quedado claro que siempre hay alguien asomándose en el corazón de todos y quien diga que no, véase el significado de mentiroso. Ella es pueblos más esporádico-enamoradiza que yo. Es un poquillo culo veo culo quiero, ya lo dice. Con esto, la chica sabe cosillas y me enseña trucos de seducción. Dice que no tengo ni idea y que si sigo metiendo mocos a todos los aspirantes al final se dará por vencida. A mi me da igual porque estoy más contenta que un niño con zapatos nuevos y que dure. Dice que mi corazón se pasa la vida currando y nunca tiene vacaciones. Y yo, aunque estoy más o menos de acuerdo, le digo lo de siempre, cuando el amor es mágico se llama destino. Esta frase la descubrí con un gran amigo un día y la redigo bastante. Al final y a pesar de tela los preámbulos, hemos pactado tonterías cual haber besado sapos antes de la caña apostada, haber dicho tequieros con todo el corazón y sobretodo, poder jurar que alguien nos hace, nos ha hecho o seguro que nos hará felices.

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