miércoles, 2 de noviembre de 2016

La sofisticada inocencia (o la media naranja de toda la vida)

La forma en la que vas a llegar no la sé. Mentiría si dijera que no te espero, te espero activa. Quiero conocerte. Abro todas las mujeres que hay en mi para saberme un poco más y así ser capaz de presentarme a ti. Yo no soy la de las dudas, soy la del movimiento.
Cuando llegues tendré que darnos un tiempo para reconocernos, una vez pensé que estaba durmiendo a tu lado y me equivoqué. Cuando estés, no te irás. A tus palabras las acompaña la acción, como a las mías. Sólo así dos son huracán. Quiero verte, verte no de mirarte, verte. Que me recojas la mano del vacío y que siempre me lleves contigo aunque no esté.
Sé que me vas a sorprender y en esa sorpresa me ganarás, sólo si me quieres me tendrás. Me tendrás libre y llena de mi espacio, estaremos cerca por elección. Libres y juntos por elección y por piel. Nos encenderemos muy rápido, nos entenderemos salvajes en nuestra desnudez. Ni tú ni yo somos precavidos, quiero darle forma contigo a la intensidad. Quiero conocerte porque nos vamos a sumar. Valiente, quiero verte reaccionar valiente. Mi hombre capaz y lleno de fuerza. La unión de la fuerza que conoce y transforma la inseguridad. Escuchándome, alejándote de ti y eligiéndome me vas a enamorar.
La forma en la que vas a llegar no la sé pero en cuanto te vea, te voy a cuidar. Nos quiero imparables, activos, llenos de viajes. Revisitaremos el drama y lo haremos comedia, descalza encima de tus pies bailaremos, nos atravesaremos la mirada y me dejaré llevar.

En mi naturaleza reina la más sofisticada de las inocencias.

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