martes, 28 de abril de 2009

Ficción con emoción

Nunca he sido envidiosa, quizás porque creo que es una de las peores enfermedades que puedes (escoger) tener. Pero hay libros que guardan historias tan bonitas que despiertan celos en mi. He estado pensando en ello y creo que me sucede por una mezcla de insatisfacción y ganas de vivir historias de ensueño. El caso es que hay libros que pauso para que nunca se acaben. Los alargo para poder volver a esa maravillosa historia y meterme en la piel de esos personajes y así soñar. No es ningún secreto que nuestras historias de ficción favoritas son aquellas que tienen un punto en común con nosotros. Ese “algo” con el que nos sentimos identificados y nos permite disfrutar de la historia de una forma mucho más a flor de piel. Y así, metiéndonos en el papel del personaje, acabamos por creer que esa trama y esos personajes son mucho más especiales que los demás. Empatizar hace sentir más. Y, últimamente, tengo una historia entre manos con la que no dejo de empatizar. Quiero ser la chica de los jazmines. Si lo has leído, ya sabes de qué va.
Una vez la ficción no superó mi realidad. Ahora tengo un nuevo deseo: que la ficción no supere lo que me está por llegar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que tú fueras envidiosa, aparte de una enfermedad, sería un ABSURDO ;-)


veo que vuelves a tus mejores épocas, escribir casi cada día..se echaba de menos...aún abres tu mac cada noche a lo carrie bradshaw? :-P

ahora seguro que ya sabes quien soy..

cuidate Marta Vives :-)

Marc dijo...

La chica de los jazmines de Moccia quizás?
Me encanta como escribes. Felicidades futura periodista!!